Pablo Guanca es un joven emprendedor salteño que descubrió su profesión casi por casualidad. En 2012 un amigo le contó que mientras iba en su vehículo en Buenos Aires cayó granizos y el auto quedó en pésimas condiciones, pero lo pudo arreglar a través de “sacabollos”, un nombre desconocido en esta provincia, por lo que investigó, se capacitó, puso su propio taller y hoy es líder en “sacar bollos” de los granizos. A Dossier Web contó su historia y cómo fue creciendo “Glock Sacabollos Salta” hasta hoy tener su lugar en la calle Amatista del barrio 14 de Mayo, la calle colectora de avenida Banchik (camino al aeropuerto).
“La idea del taller de sacabollos surge con un amigo de Buenos Aires, a quien le agarró el granizo allá. Me contó que se lo arreglaron con sacabollos. Yo no sabía lo que era así que me dio curiosidad y comencé a investigar”, sostuvo.
Luego agregó que a través de internet pudo contactarse con profesionales y comenzó su capacitación. “Encontré una empresa de Mar del Plata que daba cursos de sacabollos. Me puse en contacto y fui a hacer el curso que incluía herramientas y la capacitación fue muy buena. “Estuve practicando antes de agarrar un trabajo. Después de varios meses, agarré cuando, en enero de 2013, cayó granizo en Salta. Ahí tuve la oportunidad de arreglar los primeros autos, pero empecé a trabajar con el granizo de octubre de 2014 cuando volvió a dañar muchos autos. Con ese granizo terminé de arrancar el negocio y decido dedicarme a esto”.
Guanca no solo se quedó con los sacabollos, sino que además siguió perfeccionándose. “Comencé a trabajar con toques de estacionamiento e hizo cursos de pintura, en el mismo taller de sacabollos de Mar del Plata. Fue un curso dictado por un profesional que tiene un taller muy grande en Mendoza y ahí me di cuenta que en Salta no pintaban bajo esos estándares de calidad”.
“Siempre valoro el trabajo de sacabollos porque fui el primero en Salta y nadie conocía de qué se trataba. Tenía que explicarle a la gente cómo era mi trabajo y muchos confiaron. Fueron muchos los trabajos que tuvimos con muy buenos resultados. La gente nos iba recomendando y así el taller creció de boca en boca. Así es como hoy tengo un taller más grande con varias personas”.
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