Ignacio Jarsún llegó a la política y a la gestión pública cuando era muy joven, después que una lesión lo sacara de las canchas de rugby. Dejó atrás su paso por Los Pumitas, y su espíritu inquieto lo llevó a buscar el camino para cambiar realidades en Rosario de Lerma. Se abrió pasó en la política y a los 21 años fue electo concejal. Sería el primer paso de una extensa carrera que hoy lo tiene como candidato a senador nacional para las próximas elecciones. Luego sería presidente del Concejo Deliberante a los 22, diputado provincial a los 25 años, e intendente en ese municipio con 29 años. Fue reelecto como legislador provincial, y un año antes que termine su mandato, a fines de 2022, el gobernador Gustavo Sáenz lo convocó para dirigir la empresa estatal Aguas del Norte.
En este encuentro con Dossierweb, Jarsún, quien pedirá licencia cuando se oficialice su candidatura, cuenta cómo llevó a cabo el saneamiento de una empresa clave para los salteños, destaca que fueron clave la eficiencia y el diálogo con los vecinos y los intendentes, y cuenta cuáles algunas de las obras que fueron determinantes para mejorar el servicio en la provincia. Recuerda que había localidades del norte que tenían agua corriente unas seis horas por día y hoy todas tienen las 24 horas, resalta que aunque sea una empresa social busca que sea superavitaria, y pone de relieve las numerosas obras que se hicieron en el área metropolitana para mejorar el servicio ante un crecimiento notable de la demanda.
Especial Dossierweb

Las obras de nuevos pozos en toda la provincia es una característica de la actual gestión de Aguas del Norte
– Aguas del Norte es una empresa estatal con un fin social. ¿Cómo encaraste tu trabajo en una empresa que presta un servicio esencial, y a la vez debe resguardar sus intereses económicos?
– La empresa estaba en una situación financiera crítica cuando asumí. Lo recaudado solamente alcanzaba para cubrir el 25% de nuestros costos operativos. El otro 75% lo aportaba la provincia. O sea que éramos una mochila gigantesca para el Gobierno Provincial. Eso se fue revirtiendo y hoy nosotros con lo recaudado cubrimos un 80%, y la Provincia tiene que acompañarnos solo con un 20%, y creemos que estamos encaminados a lograr el saneamiento total de la empresa. Se percibe esa mejora, porque hemos logrado ser más eficientes con obras que se van inaugurando, mejorando servicios, incorporando y renovando flota, dejando de pagar tantos alquileres, comprando mejor, y ahorrando en muchas cosas. El año pasado ahorramos 800 millones con la reducción de horas extras. De 36 personas en niveles gerenciales hemos pasado a 17. Hemos logrado recudir muchos gastos y ser más eficientes. Con mucho esfuerzo hemos logrado recuperar la confianza de la gente. El empleado de Aguas del Norte no se animaba a salir a la calle en San Martín, porque la gente les quería pegar. Hoy salen orgulloso por haber resuelto un problema de décadas en el norte, hoy son parte de la solución. Todo esto va sumando para que la empresa vaya saliendo adelante.
– ¿Cuáles son las claves, los ejes, donde pusiste énfasis para empezar a resolver problemas estructurales del servicio que tenía Aguas del Norte?
– Creo que las claves fueron la eficiencia, el diálogo, el estar presente, y contestar. La gran fortaleza de nuestra gestión fue el diálogo y la escucha de los vecinos. Con los intendentes tengo un diálogo diario. Son aliados estratégicos de Aguas del Norte en esta gestión. Antes no tenían relación con la empresa. Hoy los intendentes trabajan de manera conjunta con nosotros. Eso nos hace más eficientes porque nos colaboramos, no hay obstáculos. Si tenemos que hacer una obra, el municipio a veces nos presta la máquina, llevan los materiales. Cuando trabajamos en equipo es mucho más fácil. Entonces eso fue una de las virtudes que tuvimos en este tiempo y eso hay que consolidarlo.

La obra del alteo del dique El Limón, en el departamento San Martín, mejoró completamente la provisión diaria de agua
– ¿Cuáles son los problemas más difíciles que lograron resolver para que el servicio mejore?
– San Martín fue el caso emblemático, porque cuando asumí ya llevaba tres meses sin agua, y teníamos 80 camiones repartiendo agua. A plata de hoy gastábamos unos 500 millones de pesos por mes en camiones distribuyendo agua, y no cobrábamos un peso porque no había servicio. Hoy nos ahorramos 500 millones, y además el sanmartiniano contribuye con 500 millones de pesos por el servicio. Aguaray en su mejor momento tenía medio día de agua, y hoy tiene horario continuo. Tartagal tenía de las 5 o 6 de la mañana hasta la una del mediodía, y hoy tiene las veinticuatro horas. Mosconi tenía agua 4 horas por día y hoy tiene las 24 horas. Son lugares emblemáticos donde se revirtió la situación crítica. Así fuimos resolviendo muchos problemas en distintos puntos de la provincia y barrios de la capital, como Lamadrid, que tenía agua hasta las 2 de la tarde y hoy tiene horario continuo.
– ¿Cuáles han sido las obras más importantes que produjeron ese cambio?
– El alteo de dique El Limón, que duplicó la capacidad de reserva de agua dulce, fue la obra hídrica más importante de San Martín de, quizás, los últimos 50 años. Obviamente el acondicionamiento de la planta potabilizadora del Itiyuro, el acueducto del Yacuy, la cisterna Villa Güemes, son muchas obras que en su conjunto dieron una solución de fondo a miles de salteños. No es que hay una sola obra aislada, sino que todas están enlazadas.

“Éramos una mochila gigantesca para la Provincia y hoy nuestros ingresos cubren el 80%”, dice Jarsún
– En una empresa estatal ¿cuál es el desafío, lo que suple a la búsqueda de utilidades, porque también se busca que sea superavitaria no?
– Es una empresa social, estatal. A mí me llaman de la Quebrada del Toro, de una escuela, que se le quemó la bomba y vamos nosotros a cambiarla, y ahí no tenemos usuarios. Una empresa privada ni te atiende el teléfono si no sos su cliente. En este sentido, Aguas del Norte hace un trabajo social inmenso, tratando de ayudar a todo el mundo, aún a los que no son usuarios nuestros. Entonces, no solamente se busca el equilibrio económico, sino también atender necesidades sociales. Nosotros somos una parte de un equipo, del Estado, que colaboramos con todo el mundo, tratando de que la gente esté mejor. Y obviamente buscamos que la empresa tenga este superávit, y que eso se traduzca en obras, no en la ganancia para una persona como pasa en una empresa privada.
– ¿En qué estado está el proyecto de agua envasada?
– La planta del agua envasada está casi lista. Ya hemos comprado una maquinaria que necesitábamos. Vamos a envasar agua para abastecer la demanda interna que tiene el Estado. No vamos a salir a competir con empresas salteñas sino a darnos nuestro propio abastecimiento. Calculamos que produciremos unos 2000 bidones por día. Ahora estamos haciendo recambio de cañerías en el barrio Antártida, en Cerrillos, donde está instalada. Espero que a fin de año podamos estar listos para habilitarla.

Hace unos días Jarsún, con los intendentes de La Caldera y Vaqueros, supervisó los avances de la obra de la red de La Calderilla
– ¿Cómo está la situación de provisión de agua en el área metropolitana, que tuvo un crecimiento importante en la última década y media y aumentó la demanda del servicio y los problemas en verano?
– Estamos mejor, pero obviamente no hay que dejar de invertir nunca porque sino en cualquier momento se vuelve a caer. Tenemos que acompañar el desarrollo. Hicimos el acueducto Campo Alegre, el acueducto de El Encón, en distintos puntos del Valle de Lerma, ahora estamos largando con un pozo en La Merced, en Cerrillos. En Capital hoy estamos perforando en ocho puntos en simultáneo y hace unos días inauguramos un pozo en Atocha. En el área metropolitana hemos hecho una enorme inversión y aunque no estamos óptimos, sí estamos mucho mejor.








