Caída del poder adquisitivo
Todo ello se da en un contexto de caída real de los salarios: los estatales se hundieron 34% desde el cierre de 2017, mientras que los privados tuvieron una pérdida de poder adquisitivo del 18,83%. Si se toma desde el gobierno de Javier Milei, la baja de los haberes públicos es del 15,33% real, aunque los privados recuperaron el nivel y ganaron un leve 0,6%, que hacia marzo de este año ya lo perdieron. El deterioro del poder adquisitivo evidencia la necesidad de complementar ingresos ante la erosión de la capacidad de consumo, así como también el proceso de flexibilización encubierta del mercado laboral.
Desde 2017 hasta fines de 2024, que es hasta el momento que se tienen datos, el número de pluriempleados creció en 790.000 personas, que además trabajan en promedio 2,5 horas más por semana que en 2017.
Solo entre mediados de 2023 y fines de 2024, 370.000 personas más pasaron a tener múltiples empleos, detallan desde IPyPP. Esto se debe a la devaluación y la fuerte crisis de inflación, que luego solo se tradujo en una caída marcada de los salarios, con mayor énfasis en los públicos.
Sobreocupados: trabajan un 47,4% más de horas, pero ganan apenas un 12,8% más que el promedio
Sobre el universo de personas con extensas jornadas laborales, la última EPH permite mirar en detalle que casi 4 millones de personas trabajan en promedio 50 horas semanales, un millón cerca de 62, y otras 900.000 sostienen jornadas de entre 13 y 16 horas diarias.
De todo el universo de sobreocupados, el 45,6% son asalariados formales, lo que demuestra que la “sobreexplotación” no se restringe únicamente a la informalidad laboral.
“No se trata de ocupaciones en extinción. Al contrario, muchas de ellas se concentran en sectores como la venta directa, el telemarketing, el transporte (incluyendo el trabajo “plataformizado”) o los servicios de vigilancia. Es decir, en actividades donde el tiempo laboral se estira y los ingresos siguen siendo insuficientes”, destacan desde IPyPP.
Además, estas extenuantes jornadas de trabajo tampoco se traducen en un salario mucho más alto que la media. Pese a trabajar 47,4% más horas, los sobreocupados ganan solo 12,8% más que el promedio, con una retribución horaria 23,4% menor.
Durante el último trimestre de 2024, el tiempo de trabajo siguió en ascenso. La carga horaria promedio por puesto aumentó un 4%. Entre asalariados registrados, la suba fue aún mayor: 5,2%, producto del incremento de horas extra trabajadas, según la Cuenta Generación del Ingreso del INDEC.
La sobreexplotación no garantiza estar por fuera de la línea de pobreza
La sobreexplotación de los trabajadores se explica en un marco de precarización laboral y caída del poder adquisitivo, donde hasta el salario mínimo, vital y móvil ($302.600) está por debajo de la canasta básica total que mide la línea de pobreza de un adulto mayor ($359.246).
“A pesar de estar ocupadas, casi tres de cada diez personas (27,9%) son pobres y un 4,3% son indigentes, lo que revela que el trabajo no garantiza siquiera un umbral básico de reproducción. Esta situación se agrava si se analiza por categoría ocupacional: el 42,2% de los asalariados no registrados y el 38,4% de los cuentapropistas son pobres, mientras que incluso dentro del segmento formal, el 16,6% de los asalariados registrados también se encuentra por debajo de la línea de pobreza“, precisa Rameri.
A su vez, la especialista añade que el 24,7% de los trabajadores obtiene ingresos por debajo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que, por primera vez en la historia reciente, se ubica por debajo de la línea de pobreza para un adulto. Incluso entre quienes trabajan jornadas completas o extendidas, el fenómeno persiste: el 13,9% de los sobreocupados -es decir, quienes trabajan más de 45 horas semanales- tampoco llega a cubrir ese umbral mínimo.