Lucas Elizalde es desde hace más de dos décadas director y gerente general de Anta del Dorado S.A., una de las principales empresas agroexportadoras de la provincia. La firma, que va por la tercera generación familiar, nació a mediados de los 60 con 1800 hectáreas y hoy administra 40.000, en las que produce granos tradicionales, algodón, nuez pecán y ganadería. Lucas, junto a su padre y sus hermanos, convirtieron a esta agropecuaria en una empresa referente en el negocio de las especialidades, como son los “super foods” porotos, sésamo, chía, cártamo y maíz pisingallo, con una producción por encima commodities como la soja, el maíz y el trigo. Elizalde se formó como Administrador de Empresas por la Universidad del Salvador, y fue presidente de la Sociedad Rural Salteña.
Entrevistado por Dossierweb, Elizalde destaca que en medio siglo de vida de la empresa agro-ganadera siempre creció, señala que más del 50% de lo que producen lo procesan y exportan llegando a mercados de Europa, Asia y otras regiones del mundo, y marca que la clave hoy para el sector es ser eficientes para producir cantidad con calidad y bajando costos. Ve con buenos ojos que se normalice la macroeconomía, le pide al Gobierno de Milei que baje el impuesto al cheque y a las Provincia que bajen Ingresos Brutos, y espera que las retenciones a la soja, maíz y trigo y a otros cultivos bajen cuanto antes.
Especial Dossierweb
En 40.000 hectáreas, Anta del Dorado produce granos tradicionales, algodón, nuez pecán y ganadería
– En los últimos años ¿cómo fue creciendo la empresa, pudieron tecnificarse más, innovar en los procesos?
– La empresa, en su más de 50 años de historia, siempre tuvo vocación de crecer, de reinvertir utilidades y crecer, dependiendo de las épocas. Se fue creciendo primero de manera horizontal, en más superficie, más actividades. Creciendo en distintos tipos de agricultura, pasando desde las commodities a las especialidades. Después se fue creciendo también en ganadería. Hubo una época donde se apuntó más al crecimiento horizontal, más cantidad de volumen. Y te diría que los últimos 10 años, o un poco más, el crecimiento se enfocó mucho más en la integración vertical. Hacia abajo, en la incorporación de algunos procesos que antes contratábamos, como labores de siembra, de fumigación de cosecha, creciendo en ese tipo de labores y armándonos con maquinaria propia. Y hacia arriba, en lo comercial, con el crecimiento de la producción de especialidades Nos fuimos integrando en plantas de proceso y en la comercialización de todo lo que producíamos. Hoy más del 50% de lo que producimos lo procesamos y lo exportamos a distintos tipos de mercados, depende del producto.
La calidad de la producción de porotos, sésamo, chía y cártamo, entre otros, distingue a la firma
– ¿A qué mercados están llegando?
– En general, tenemos mucho mercado de Europa, Alemania, España, Italia, Francia, algo de Inglaterra, a México le exportamos mucho sésamo. También exportamos a Israel, algunos porotos y fibra de algodón exportamos a Vietnam, a Sri Lanka, a distintos mercados de Asia.
– ¿Cómo están exportando en cuanto al ingreso de divisas, y en comparación a otras campañas?
– Hoy nosotros no podemos no exportar. La mayoría de los productos y cultivos que hacemos son todos de exportación. Es muy poco lo que se consume en el mercado local, por ejemplo, las legumbres, la producción local es bajísima. No hay mercado. Con el sésamo y la chía lo mismo. Con el algodón se puede jugar un poco más, pero también a Argentina le sobra el algodón que produce, para lo que consume. O sea, algo hay que exportar, ya que en ese sentido no nos queda otra que exportar. Lo que buscamos es eficiencia. Hoy más que nunca hay que ser súper eficientes en producir más kilos en el campo, de mejor calidad, para que las caídas y los desperdicios sean lo menor posible desde que sale de la planta hasta que llega al destino. Y también con los costos de exportación, los fletes de acá al puerto, los gastos del puerto, el flete internacional. Y en todo eso hay que buscar la mayor eficiencia posible. No hay otro camino. Los precios en general están establecidos. No hay mucho para jugar con los precios internacionales. El mercado, en general, es muy competitivo así que la eficiencia que buscarla muchas veces por el lado de los costos.
La nuez pecán se sumó al portfolio de producción, con riego por microaspersión y energía solar autogenerada
– ¿Cómo impactó la salida del cepo en ustedes y en el campo?
– Vemos con buenos ojos que se normalice la macroeconomía y el país en general. Ahora, todo esto para la empresa tiene un desafío que es que es ser eficientes, productivos y acomodarse esta nueva realidad. Pero confiamos en que en que la situación macro mejore para todos, y que la búsqueda de la eficiencia y la productividad también venga de manera externa. O sea, que el gobierno nos ayude con la baja de impuestos, las bajas de las retenciones a soja, maíz y trigo. Pero también con la baja de otros impuestos para los otros cultivos, la baja del impuesto al cheque, la baja de la des-burocratización de muchos trámites de exportación. Creemos que la búsqueda de la competitividad vendrá por ahí, y en eso confiamos en que el Gobierno nacional en los próximos tiempos vaya colaborando y bajando esos impuestos.
– ¿Cómo tomaron el anuncio presidencial del regreso de las retenciones a las exportaciones a partir de junio?
– Por supuesto que el anuncio de que vuelvan a subir las retenciones era una noticia ya sabida. Ellos ya habían anunciado que las retenciones iban a volver. No es una medida que sorprenda, pero sí es una medida que no deja de doler porque en el fondo teníamos la esperanza de que no vuelvan, de que ya que las habían bajado, que las dejen como estaba. Pero sí creo, más a título personal, que cuidar el superávit fiscal es la clave en todo lo que están haciendo. Me parece que en eso tienen que ser súper responsables también el gobierno. No hay nada que sea sustentable y sostenible en el tiempo si no cuidan en superávit fiscal.
En ganadería cuentan con unas 10.000 cabezas y operan bajo la marca “Cabaña San Esteban”
– ¿Por qué es clave el superávit fiscal para el sector?
– Creo que todas las medidas económicas están llevando adelante, si bien parecieran ser similares a las que alguna vez se tomaron, la realidad es que nunca se habían tomado con superávit fiscal. En eso creo que es algo novedoso, y espero que realmente en algún momento sigan bajando impuestos de a poco. Por supuesto, espero que a las retenciones las bajen cuánto antes, así como otros impuestos, como el impuesto al cheque o que las provincias bajen Ingresos Brutos. Me parece que en toda esta discusión macroeconómica y de superávit fiscal, no hay que dejar de pronunciarse para que las provincias y los municipios también bajen sus impuestos. Y también hagan como hacemos las empresas que no podemos darnos el lujo de perder plata y tenemos que buscar competitividad y eficiencia. Me parece que hay en eso gran parte de la baja de costos de las empresas.
– ¿Qué expectativas tenés por delante para el sector?
– Soy optimista en el sentido de que esto depende de nosotros, de cada empresario, de cada productor. Depende de cada uno de nosotros que seamos cuidadosos con los gastos, y seamos eficientes. Sí estamos muy limitados para invertir, para proyectar nuevas inversiones. Hoy la rentabilidad y los márgenes de ganancia han bajado. Espero que en los próximos meses, y años quizá, los gobiernos vayan bajando impuestos y ayuden a que las empresas consigan eficiencia y competitividad y eso se traduzca en una mayor capacidad de invertir, que es lo que necesitamos para seguir profundizando procesos de eficiencia.