Mariela Esteban es una joven profesional, licenciada en Comercialización y trabajó en diversas empresas hasta que, después de quedar embarazada y tener a su hijo, decidió poner su propio local y hoy cuenta con venta de indumentaria urbana único en Salta llamado “Fashion Killa”. En diálogo con Dossier Web contó cómo fue su crecimiento y sus aspiraciones de seguir creciendo aunque la pandemia es un fuerte obstáculo para cualquier emprendedor.
“Pasé por algunas empresas formales, ya que hago tareas administrativas, atención al cliente y generalmente estuve en empresas financieras aunque en todas me sentí fuera de lugar, sentía que me faltaba algo”.
Mariela contó que “siempre tuve un estilo muy particular para vestirme. Estaba trabajando en una empresa de administrativa, a cargo de la publicidad y capacitando al personal hasta que quedé embarazada y las cosas no empezaron a salir bien. Sabía que la empresa no quería que continúe y empecé a buscar una solución para ese momento porque con un bebé tan chiquito es difícil conseguir trabajo”.

Tras los ocho meses que la amparó la ley, la profesional contó que finalmente la despidieron. “Durante un tiempo había juntado algunos ahorros y pusé un perchero con muy pocas cosas. Así comencé con el local y le puse muchas ganas con el dinero de la indemnización. Fashion Killa es una onda muy urbana, no tiene género. Todos pueden usar lo que quieran. Y trato de incentivar a que la gente se ponga lo que le gusta”. “La verdad que tuve un buen crecimiento para haber empezado con un capital tan pequeño”, agregó.

Luego sostuvo que “tenemos un show room en 25 de mayo 1234, aunque la mayoría de las ventas se canalizan en las redes sociales y la página web. Al negocio lo manejo básicamente yo pero tengo colaboradores: Tomás Llanes y Sol Latra”.
“También me colaboran Tami López, Fede de ink Desing y Hugo Mateo Bertone y Gastón Dávila, pero mi motor y quien me impulsa a seguir es mi hijo Luan”, agregó.
La profesional hizo un punto en la situación actual y sostuvo que “con la pandemia estamos complicados porque el dinero alcanza para menos de la mitad de lo que pedíamos antes. Y lamentablemente a la mercadería la tenemos que subir. Se nota como decayó el poder adquisitivo de la gente en general y afecta a todos los sectores”.


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