Por el fuerte crecimiento de subsidios, se desaceleran las transferencias de obra pública para las provincias, así lo plantea la consultora Abeceb en su última gacetilla.
El gasto en subsidios – sobre todo en el sector energético- estaría repercutiendo en la desaceleración de las ejecuciones que se destinan a la obra pública.
Al observar el grado de ejecución del crédito para los principales programas del Ministerio de Planificación Federal puede verse que las provincias con menor crédito ejecutado para obras públicas son Catamarca (6,5%), Corrientes (6,9%), y Córdoba (19%). La contradicción de desacelerar las transferencias de capital en un año electoral Un hecho estilizado del análisis fiscal afirma que durante un año electoral, es esperable que se verifique en las cuentas del estado un incremento significativo del gasto de capital. Esto se asocia generalmente a que la obra pública suele considerarse unos de los pilares fundamentales de campaña, tanto por su cualidad tangible -para remarcar la presencia de un candidato-, como por su rédito como aval de una gestión. Durante el año previo a las elecciones presidenciales de 2007, por ejemplo, el crecimiento interanual promedio de la inversión real directa (IRD) a nivel nacional pasó de 69% a 77%, para luego desacelerarse, cayendo al 4%. Si bien durante los períodos siguientes la expansión se repuso, no fue hasta el semestre previo a las últimas elecciones legislativas, llevadas a cabo en junio de 2009, que la IRD recupero dichas tasas, cuando el crecimiento de la cuenta se aceleró en 29 puntos porcentuales. El mismo fenómeno se observa en las transferencias de Nación a las provincias, previo a las elecciones para gobernador. Durante el 2006, antes de comenzar el año electoral, el incremento promedio de las transferencias de capital a las provincias fue del 63%. No obstante, el año 2011 parece ser la excepción en esta materia. Uno de los factores clave proviene de la progresiva disminución del saldo del fisco. Si bien mes a mes se llega a cifras récord de recaudación. Por su parte, los gastos muestran la tendencia inversa: mayo fue el tercer mes consecutivo de incremento en el ritmo de crecimiento de la cuenta, ampliando la brecha existente entre la evolución de ingresos y gastos. De este modo, mientras que en febrero la diferencia entre la tasa de crecimiento de los ingresos tributarios y el gasto primario era de 0,3 p.p., en mayo el gasto creció 3,2 p.p. por encima del crecimiento demostrado por los ingresos. Esto se traduce a una merma en la evolución del superávit, que en mayo se desaceleró por tercer mes consecutivo. Ante este panorama la asignación de recursos es menos laxa, lo cual actúa en detrimento del gasto de capital, que posee mayor flexibilidad en relación a otras cuentas prioritarias. Dentro de estas cuentas prioritarias, la participación de los subsidios es cada vez mayor. La obra en las Provincias Como se observó, la evolución en gasto de capital se desaceleró en lo que va del año. Sumado a esto, el grado de ejecución es bajo, con altos niveles de deuda flotante. Una arista de este fenómeno y que puede analizarse son transferencias discrecionales a las provincias. Durante el primer trimestre de 2011, esta variable creció apenas un 6% interanual, lo cual implicó un tercer trimestre consecutivo de desaceleración de la cuenta. Asimismo, en abril cayó hasta el 5%, para repuntar recién en mayo, a un 20%. Durante el primer trimestre, las transferencias corrientes también mostraron una evolución negativa, cayendo un 13% interanual. Si bien abril demostró un incremento del 52%, debe considerarse que la base de comparación –abril de 2010- fue el año con el menor valor de dicho año. Otra forma de analizar la evolución de la obra pública es mediante el monitoreo de los principales programas del Ministerio de Planificación Federal, el cual concentra el mayor presupuesto destinado a este fin. Este enfoque permite analizar la situación de la inversión por jurisdicción y el estado de las diferentes etapas de crédito. Al día 26 de junio –habiendo transcurrido prácticamente la totalidad del primer semestre-, la relación entre el devengado y el crédito vigente a la fecha para los principales programas de obra pública es del 34%, 10p.p. por debajo de lo observado a la misma fecha el año pasado. Aunque este menor ritmo de ejecución repercute en todas las jurisdicciones, el impacto es heterogéneo. Al observar el grado de ejecución del crédito para los principales programas del Ministerio de Planificación Federal puede verse que las provincias con mayor crédito ejecutado para obras públicas son Formosa (78%), Misiones (64%), Santa Cruz (55%) y Salta (48%). Por su parte, trece de las provincias se hallan por debajo de la ejecución del total, siendo aquellas con menor ejecución Catamarca (6,5%), Corrientes (6,9%), y Córdoba (19%). Por otra parte, la deuda flotante imperante en las provincias es del 33% respecto al devengado, 10 p.p. por encima del nivel observado a esta altura del año en 2010, del 23%. Esto implica un incremento en el nivel de deuda a favor de contratistas y proveedores del Estado. El mínimo valor de esta deuda de corto plazo se registra en Tucumán (5%), seguido por Santa Cruz (10%) y Santiago del Estero, Formosa y Jujuy (11%). Sin embargo, el nivel de quince de las provincias supera al consolidado, llegando a marcar valores tan elevados como los de San Luis (81%), Río Negro (78%) o Tierra del Fuego (65%). Fuente: abeceb.com