Según un informe privado, Tucumán fue una de las provincias en las que la actividad económica aumentó más de un 10% en 2010. Los distritos del interior dejaron atrás los efectos de la crisis. La provincia, entre las primeras 10 de la Argentina.
La producción de soja y sus buenos precios incidieron positivamente en el desarrollo económico de las provincias de la región.
En el desenvolvimiento económico de 2010 no hubo misterio ni recetas mágicas: la expansión de la actividad en las provincias sintió el impacto del elevado consumo, de la obra pública y del gasto estatal, luego de un 2009 en el que la mayoría de los distritos del interior sintió el impacto de la crisis financiera global.
Ya en el cuarto trimestre del año pasado, cuatro jurisdicciones del interior argentino mostraron tasas de crecimiento superiores al 8%. Ellas fueron Formosa, Santiago del Estero, La Rioja y Jujuy. Un poco más abajo, pero dentro del top ten figura Tucumán. Los datos corresponden al Indicador Sintético de Actividad de las Provincias (ISAP), que periódicamente elabora la consultora Federico Muñoz & Asociados.
El ISAP es un sistema de índices coincidentes del nivel de actividad para cada una de las provincias. Fundamentalmente, toma en cuenta el nivel de empleo, salario promedio, recaudación de IVA, ventas de supermercados, despacho de combustibles, demanda de energía eléctrica, despachos de cemento y patentamiento de automóviles.
“Hay distritos cuyo ISAP ya aumentó más de 20% desde el piso de la recesión (Formosa, Santiago del Estero) y otros que apenas se recuperaron un 2% (Neuquén). Si tomamos como punto de comparación los máximos niveles precrisis, podemos advertir que una gran mayoría de las provincias (21 sobre 24) pudo superar esos registros”, acota.
El Norte ha sido la zona más pujante del país en los últimos trimestres, monopolizando los primeros lugares del ranking de crecimiento tras la recesión, según Federico Muñoz & Asociados. En contrapartida, los distritos de la región pampeana y patagónica (con excepción de Tierra del Fuego) mostraron un menor dinamismo en la fase de auge todavía en curso.
“Uno de los indicadores que pueden tomarse en cuenta a la hora de analizar la evolución económica es el derrame de la soja y de la caña de azúcar: ha permitido que el Gobierno aliente la obra pública y, al mismo tiempo, ha generado un auge inmobiliario durante 2010”, evaluó el ministro de Economía, Jorge Jiménez. En otras palabras, indica el funcionario, eso se tradujo en más plata para obras públicas, más consumo y creación de empleo.
Fuente: lagaceta.com
