Esa es una de las principales conclusiones de la encuesta que realizó la consultora Ernst & Young entre ejecutivos argentinos y que fue presentada durante la 30a convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que se realiza en Puerto Madryn. La encuesta muestra el clima actual que se respira en los mandos directivos, pues se realizó entre el 9 y el 22 de septiembre pasado y participaron empresas que en conjunto reúnen una facturación de $200.000 millones al año. Allí quedó en evidencia que las inversiones que los privados hicieron durante este año tuvieron como objetivo casi exclusivo atender el mercado interno para no perder posiciones, cubriendo la depreciación del stock existente.
En tanto, de los datos de la encuesta se nota claramente que las empresas sufrieron una fuerte pérdida con respecto al año pasado. Eso las llevó a replegar sus inversiones. Asimismo, la desaceleración de las inversiones produjo una liberación en la capacidad instalada y por eso de la encuesta surge que un alto porcentaje de las empresas tienen capacidad ociosa y por lo tanto están en condiciones de absorber futuros aumentos de producción según informa el diario La Nación.
La incertidumbre y la creciente preocupación sobre regulación que las empresas observan sobre la economía del país son dos de los factores que retraen las inversiones, se destaca en la encuesta.