De las 28 marcas que en diciembre de 2010 fueron alcanzadas por el “cerrojo oficial” a los autos importados, 27 lograron el aval para poder ingresar sus unidades. Recurrieron a estrategias de todo tipo. Sólo faltaba la firma alemana que acordará en estos días, según adelantaron fuentes oficiales.
A fines de 2010 el Ejecutivo envió la orden de que ninguna automotriz instalada en el país -fabrique vehículos o no- podía tener una balanza comercial deficitaria.
En buen romance, pasaron a estar obligadas a dejar más dólares en la Argentina que los que habitualmente “succionan” para importar autos o piezas.
Este plan, bautizado como “1 a 1”, obligó a los ejecutivos de estas firmas, principalmente a los de aquellas que no desarrollan procesos productivos en el país, a tener que salir a firmar acuerdos contrarreloj con pequeñas y medianas empresas para así poder avanzar en un terreno en el que no tenían la más mínima experiencia: la exportación.
Sucede que las empresas dedicadas a importar autos, desde hace un tiempo no sólo tienen que lidiar con la competencia local. Además, se han visto obligadas a salir a conquistar mercados en el exterior con productos ajenos a su industria.
Así, fue cómo estas firmas tuvieron que cerrar acuerdos para exportar frutas, biodiesel, maní, alimento balanceado y hasta revestimientos de interiores, con tal de poder lograr el aval oficial para seguir abasteciendo de vehículos a sus concesionarias.
Al respecto, un alto directivo de una automotriz de capitales asiáticos instalada desde hace años en la Argentina, que pidió estricto off the record por la sensibilidad que genera el tema, no dudó al afirmar que “las firmas que no tienen fábricas en el país, van a tratar de exportar lo que sea y como sea con tal de cumplir”.
Así por ejemplo, Nissan tuvo que salir a tejer convenios para poder exportar desde la Argentina harina y aceite de soja. Estos productos se los venderá a la firma asiática Marubeni, que pertenece al mismo conglomerado.
Los representantes de Mitsubishi también debieron trabajar contrarreloj con una firma de alimentos nacional que, hasta ahora, no exportaba y ayudarla a salir al mundo con alimento balanceado para animales, maní y hasta agua mineral envasada.
El maní también saldrá con el sello “Hyundai”, dado que la firma coreana planea exportar este producto y generar ventas por más de u$s5 millones al año, además de otros u$s2 millones en concepto de vinos, aunque su desafío más importante es lograr envíos de biodiesel por u$s100 millones.
El mundo vitivinícola también fue capitalizado por Porsche, dado que el bodeguero Hugo Pulenta es uno de los empresarios que tiene la representación de la marca. En concreto, “canjearán” botellas de Malbec y aceite de oliva por superdeportivos como el 911 o camionetas Cayenne.
Por su parte, Chery, la firma de origen chino, también debió apelar a productos exóticos para poder ingresar vehículos al país: a través de una compañía perteneciente al grupo Socma, se comprometió a exportar frutas como la granada.
Kia, en tanto, logró uno de los acuerdos más llamativos hasta el momento, dado que enviará a sus filiales de Uruguay y Perú equipos de GNC y revestimientos de interiores.
Además, decidió apostar a la exportación de artículos plásticos y hasta de heladeras. Esto lo hará a través de Gafa, una empresa que responde al Grupo Sigdo Koppers, dueña a su vez de la automotriz.
BMW: el último de la lista
Así, cada una de las marcas mencionadas fue aprobando el “examen” que le tomó la mesa examinadora oficial, en la que uno de sus integrantes es el temido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Todas excepto una: BMW, a quien al día de hoy no le dieron luz verde.
Sin embargo, fuentes oficiales adelantaron a este medio que “la aprobación del acuerdo es inminente. A lo sumo en 15 días ya va estar cerrado el plan para que la firma pueda volver a importar autos”.
Cabe destacar que, tal como señalaron desde el Gobierno, “desde hace un mes y medio se está trabajando a fondo con esta compañía. Nunca se rebotó su propuesta, simplemente se estaba ajustando el proyecto y dándole forma a los números”.
Tal como deslizaron, el acuerdo no contempla la construcción de una planta para ensamblar motos, como se había especulado en un momento. El camino elegido por la firma fue el salir a tejer acuerdos para exportar biodiesel y manufacturas de cuero, entre otros productos.
A esto se podría sumar un aporte irrevocable de capital, según trascendió, en caso de que inicialmente las operaciones de exportación no alcancen para equilibrar la balanza.
Al ser la empresa que más demoró en llegar a un acuerdo con el Gobierno, esto quedó plasmado en los niveles de venta de la compañía germana. Según datos de ACARA, mientras que el número de patentamientos se disparó un 30% durante el primer semestre del año, en relación al mismo período de 2010, las ventas de BMW se desplomaron casi 26%. En tanto que las de Mini, una de las marcas que forman parte del grupo, cayeron un 22%.
Entre el compromiso y la realidad
Las fuentes consultadas aseguraron a este medio que todos estos planes que fueron respaldados con declaraciones juradas, “son compromisos totalmente realizables”. Sin embargo, aseguraron que “en caso de que cualquiera de estas automotrices no pueda cumplir con su meta, como por ejemplo que una de ellas no llegue con los envíos de biodiesel que estaban pautados, esa firma tendrá que realizar un aporte irrevocable de capital para poder seguir importando”.
En este contexto, Marcos Ferrario, analista de la consultora Abeceb.com, aseguró que “puede haber algunas complicaciones para algunas empresas. Una cosa es comprometerse y otra muy distinta es concretar esas operaciones”.
“No hay que olvidar que estamos en un contexto mundial de crisis y que nadie está ajeno a lo que pasa en el mundo. Por eso, la pregunta es, ¿las exportaciones de vino o aceite de oliva que hace meses se proyectaron hacia futuro, están en condiciones de cumplirse con el mundo como está hoy?”, sostuvo Ferrario.
Por su parte, un alto directivo de una automotriz de capitales asiáticos instalada hace años en la Argentina, comentó a este medio que “sobre lo lógico o ilógico de que exportemos cualquier cosa… bueno, hay que partir de la base de que el pedido oficial es discutible. Es complicado para cualquiera de nosotros exportar cuando nunca antes lo habíamos hecho”.
“¿Y es sostenible en el tiempo esta estrategia planteada por el Gobierno?”, consultó iProfesional.com, a lo que el empresario respondió: “Sí, es sostenible. Pero tiene un costo, ya que se desvían fondos a una actividad que no tiene que ver con lo que hacen las marcas que no tiene procesos productivos en el país. Esos costos sin duda se van a trasladar a precios y generará que los productos que vendamos sean menos competitivos. Para las terminales que sí están radicadas en la Argentina, en cambio, la ecuación es distinta”.
En este contexto, el empresario resumió el sentimiento que hoy envuelve a los directivos de otras compañías que dependen de la importación: “Nosotros nunca estuvimos en contra de que se proteja al que fabrica en el país. De hecho, el 35% de arancel es una protección importante. Pero a eso ahora se suma esta regla del 1 a 1 y las licencias no automáticas”.
“Nosotros salimos volteados del fuego cruzado cuando en realidad lo que hacemos es que el mercado sea un poquito mas competitivo. Aca nadie piensa en los consumidores que son los que hacen que el mercado se desarrolle”, recalcó.
Como contrapartida, Ferrario consideró que, “si la medida no se queda en exportar productos que nada tienen que ver con la industria automotriz y se logra avanzar con la sustitución de importaciones de partes y piezas, con un mayor desarrollo de empresas nacionales, entonces sí podría haber resultados positivos”.
“Revertir el déficit comercial del sector requiere de un trabajo de largo plazo, no se resuelve de un día para el otro. Pero creo que esta es una buena oportunidad para barajar y dar de nuevo. El tema es ver que estas medidas no se queden en exportaciones aisladas de productos agrícolas y que realmente se termine incrementando la fabricación y el grado de complejidad de los componentes para producir autos”, sintetizó el experto.
Fuente: iprofesional.com