El especialista apuntó que la región central del país soportaría el riesgo de excesos y que “el impacto dependerá de la intensidad de las lluvias y el estado fenológico del cultivo de trigo en el momento que se presente el exceso hídrico”. Entrevistado en La Nación, recordó que “la acción temprana fortalece la capacidad de supervivencia de las poblaciones en peligro: una prioridad clave en el objetivo estratégico de la FAO de incrementar la resiliencia de los medios de vida ante las amenazas y las crisis”.
“Los impactos por exceso son más difíciles de estimar que los impactos provocados por déficit de agua, así que no es posible en estos momentos estimar con exactitud si el cultivo de trigo se pueda beneficiar o perjudicar”, concluyó.