Si de creatividad, color y diseño se trata, Matías Vinogrand, sabe, no viene de una familia de emprendedores ni empresarios, pero sin embargo logró abrirse camino y hoy con tres talleres trabaja a tiempo completo en la planificación y desarrollo de sillones y objetos decorativos. En diálogo con Dossier Web contó los inicios y proyectos de su emprendimiento.
Es diseñador industrial y con todo su conocimiento creó Sillones Sushi allá por el 2012, cuando realizaba stands personalizados para empresas, con el firme objetivo de crear se introdujo en el mundo de la tapicería, un sueño en el que hoy camina con firmeza.
Matías contó que decidió llamar a su negocio Sillones Sushi porque comenzó creándolos reciclando neumáticos circulares, muy parecidos a los roll de la comida asiática.
“Mi inspiración nació en esos platillos llenos de diseño, color y diversión, entonces los relacioné”.
Tras ocho años de intenso trabajo, confiesa que la vida de un emprendedor no es sencilla, más aun siendo el primero de su familia tuvo que aprender a administrar recursos, abriéndose caminos.
“Emprender cuando producís y vendés no es fácil, demanda mucho esfuerzo, tiempo y dedicación”.
Matías reconoce que la pasión por vender es un requisito fundamental para poder ser emprendedor, ya que no sólo necesita producir sino también de herramientas para poder mostrar en el mercado aquello que solo él puede hacer de forma única y personalizada.
Su negocio y sueño creció a paso firme y hoy coordina tres talleres, asegura que el color es lo que predomina en sus diseños con combinaciones que se adaptan a la personalidad de sus clientes, logrando ambientes cálidos, agradables y ambientados a las necesidades de quien busca su servicio.
Si bien en sus inicios comenzó reciclando neumáticos, hoy realiza sillones con nuevos materiales, también complementos para sillones y algunos objetos decorativos utilizando un router de control numérico que corta aquello que él dibuja desde la computadora.
En medio de la pandemia su negocio se vio beneficiado debido a que sus clientes optaron por invertir sus ahorros en remodelar y redecorar su casas, oficias y estudios, por lo que está trabajando al 100% de su capacidad.
Reconoce que se ha visto limitado por la baja de las importaciones que lo perjudicó en el acceso a materiales indispensables para llevar a cabo sus diseños. Hay muchos productos que no logra conseguir en la Argentina por lo que alguno de sus trabajos se encuentran demorados.
La pandemia lo obligó a seguir apostando al diseño, creando objetos que hoy se han convertido en una necesidad para los salteños, es así que realiza bases para computadoras portátiles, pensadas en las necesidades de quienes trabajan desde sus hogares y han tenido que adaptar espacios; sin dudas que tiene la mirada puesta en el diseño y practicidad.
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