El horizonte lechero de la Argentina sigue ganando oscuridad conforme avanzan los meses. El cierre continuo de tambos, las restricciones en términos de precios, y la falta de incentivos para incrementar el volumen de producción, han dejado como consecuencia que el sector elabore hoy menos cantidad de leche que hace diez años. Representantes del segmento aseguran, además, que la injerencia de factores climáticos como la sequía que hoy aqueja a casi todo el país provocará una nueva caída en el nivel de exportaciones en el último tramo de 2009.
Para entidades como la Asociación de Productores de Leche la merma a niveles similares a los de la década del 90 resulta un caso “único en el mundo”. Y destacan a modo de ejemplo inverso lo hecho por países limítrofes como Brasil, que en una década mejoró casi un 50% su caudal lechero.
“Hace más de 10 años que la lechería no crece en la Argentina. Estamos en valores de producción muy inferiores a los de 1999, por ejemplo. En esa época se producían 10.300 millones de litros anuales. Este año, de seguir con la tendencia que se viene dando desde el principio, apenas vamos a llegar a los 10.000 millones de litros”, aseguró a iProfesional.com Manuel Ocampo, gerente de la Asociación de Productores de Leche.
El ejecutivo sostuvo que el país está perdiendo potencial productivo, y que el nulo crecimiento en diez años ha hecho que la leche generada en lugares como Uruguay, Chile y el mismo Brasil comience a restarle mercado internacional a los lácteos argentinos.
“Hoy tendríamos que estar en un nivel de producción superior a los 18.000 millones de litros por año. Pero eso se cortó y lo bueno cayó directamente en un pozo. Sinceramente, no hay ejemplo en el mundo de no crecer en una década”, dijo.
En lo referente al ejercicio 2009, Ocampo comentó que si bien en el primer semestre hubo un ligero aumento en la extracción de leche, la perspectiva por la situación del sector permite asegurar que el año concluirá con otra caída en los márgenes de disponibilidad del producto en cuestión.
“Igualmente, a nivel mercado casi no se nota por la caída en el consumo. La Argentina sigue teniendo excedente de leche, y ahí es donde se notan también los inconvenientes para exportar. Ese excedente pasado un tiempo se termina prácticamente regalando”, señaló.
Resto negativo
“La producción se está sosteniendo en un contexto de sequía y bajos precios. Eso conlleva tremendos esfuerzos para los productores, que deben desembolsar mucho dinero para reconvertir, por ejemplo, la alimentación del ganado para que se adapte a la sequía”, explicó a iProfesional.com Daniel Villulla, gerente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste (Caprolecoba).
“El uso de reservas forrajeras en lugar de pasturas encarece los costos, y los establecimientos siguen produciendo a pérdida. La Argentina hoy produce lo mismo que en el 2009, pero con menos tambos que en el 2008”, añadió.
Más allá de este indicador, para Villulla lo necesario de resaltar “no es si se producen menos litros” sino “la cantidad de actividades económicas y empleos que se destruyen cada vez que cierra un establecimiento”.
¿Qué se puede esperar para lo que queda del año? La persistencia de la sequía repercutirá directamente sobre la producción, que caerá a partir de la primavera y se hará sentir en el ámbito de las ventas al exterior.
“Habrá una meseta en ese sentido, y la exportación no será como en otros años, aunque ya viene en baja. No se producirá tanto y hay que ver qué sucederá con el consumo”, indicó el entrevistado.
¿Puede haber un escenario de faltante en las góndolas? Tanto Ocampo como Villulla descartaron la posibilidad. “Se está muy lejos del desabastecimiento. Ocurrió en el año 89 pero no es la misma situación ahora. Y ahora tenemos un menor poder adquisitivo”, dijo Ocampo.
Y añadió: “Lo que sí se notará es la persistente caída en la exportación. Con las restricciones vigentes no hay estímulo para consolidar la producción argentina en el exterior. La Argentina perdió terreno. Mucho. Aunque siempre estará en condiciones de recuperarlo”.
Derrumbe
La industria local de tambos sufrió de 2002 a la actualidad el cierre de alrededor de 5.050 establecimientos.
El censo oficial efectuado en el segundo año de la década vigente fijó en 15.000 el número de centros de producción en funcionamiento pero, de acuerdo a estimaciones del sector, la actividad no habría dejado de caer desde entonces. El 2008 cerró con poco más de 10.200 tambos todavía operativos.
De acuerdo a la Asociación de Productores de Leche, a lo largo del año pasado se registró una continuidad en el cierre de estos establecimientos. Los que abandonaron la actividad sumaron cerca de setecientos.
