Prudencia en las expectativas de corto plazo, inquietud por el aumento de costos de producción, presión salarial en ascenso y dudas sobre el impacto de los cambios tecnológicos, son algunas de las preocupaciones que rodean el desempeño de los ejecutivos de la industria automotriz a nivel global. Con algunas particularidades, estos elementos se repiten en el caso de las empresas que operan en Argentina, según la encuesta que la auditora KPMG realiza periódicamente entre directivos de esta industria.
La encuesta fue realizada durante octubre de 2023 (antes del cambio de gobierno en Argentina) y participaron 1.041 ejecutivos de la industria y sectores adyacentes, América del Sur aportó 42 ejecutivos, principalmente directores, y de este subtotal 9 fueron de empresas radicadas en la Argentina.
“El desarrollo de las nuevas tecnologías, tanto de propulsión como de confort, ha incorporado una dinámica a la industria automotriz que era impensada años atrás. A diferencia del pasado, la industria está altamente comprometida con la sustentabilidad a través de la reducción del nivel de emisiones. A esto hay que sumar los cambios esperados en la manera de producir y de comercializar los vehículos, y en la forma de movilizarnos. Todo ello genera desafíos cuyos resultados vemos en los lanzamientos de los últimos años. Pese a las preocupaciones manifestadas por los entrevistados, Argentina continúa ofreciendo un excelente potencial de crecimiento para la industria que históricamente ha demostrado estar a la altura de las circunstancias”, sostuvo Carlos Bruno, socio de Auditoría y Aseguramiento, responsable del sector automotriz en KPMG Argentina.
La visión global
En cuanto a otras conclusiones de la encuesta global, el relevamiento de KPMG plantea lo siguiente:
–Menos confianza en el crecimiento rentable. En todo el mundo, los ejecutivos del sector automotriz tienen menos confianza en que la industria logre un crecimiento rentable en los próximos cinco años. Esto se debe principalmente a las preocupaciones sobre la economía mundial y el aumento de los costos. No obstante, América del Sur se encuentra entre las regiones que mostró mayor confianza en este aspecto.
–Los ejecutivos tienen una visión más madura de la transición a los vehículos eléctricos (VE). Las estimaciones sobre la penetración promedio de los VE aumentaron entre la encuesta de este año y la anterior. Esto se observa tanto en Europa Occidental, como en los EE. UU. y China.
–La experiencia del cliente es un diferenciador clave. Si bien el rendimiento sigue siendo el factor de venta más importante, una experiencia sin complicaciones quedó esta vez en el segundo lugar. El énfasis en una experiencia de compra fluida se extiende desde la compra del automóvil hasta el buen funcionamiento del software instalado en los vehículos, aunque este factor es un desafío incluso para los fabricantes. El hardware del coche suele ser fiable, pero el software no siempre.
–La precaución triunfa sobre la puntualidad. Después de las disrupciones de los últimos años, la nueva norma en la gestión de la cadena de suministro se está guiando mucho más por la precaución que por la “decisión en el momento adecuado”.
–Desafíos tecnológicos más complejos. Los fabricantes de automóviles indicaron que se sienten menos preparados que el año pasado para hacer frente a innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial, los gemelos digitales y la robótica avanzada.
–Evolución de los precios. El 64% sostuvo que en 2024 los precios subirán en promedio entre el 5% y el 10%.
–Autos eléctricos. China, Estados Unidos, Japón y Europa liderarán en 2030 la participación en sus mercados de vehículos eléctricos.