Los Valles Calchaquíes constituyen uno de los lugares más relevantes de la bella provincia de Salta desde el punto de vista del turismo, ya que sus reconocidos paisajes no sólo suscitan una experiencia inolvidable para quienes los visitan, sino que constituyen un impactante recurso cultural e histórico. Toda acción tendiente a planificar y preservar esos valores implica pensar en el desarrollo futuro, y por eso resulta auspicioso que allí comience a implementarse un proyecto financiado por una empresa privada, en el marco de un programa de responsabilidad social empresarial, ejecutado por una organización no gubernamental, porque refleja el imprescindible trabajo conjunto de distintos sectores de la sociedad con miras a un futuro mejor.
La empresa Mitsubishi ha firmado un acuerdo con el gobierno de la provincia de Salta para implementar, junto a la Fundación Naturaleza para el Futuro, el proyecto llamado "El patrimonio tiene oficio", de cinco años de duración, cuyo objetivo es promover el desarrollo sustentable en los Valles Calchaquíes a través de la recuperación de oficios tradicionales y la búsqueda de la inserción laboral de jóvenes de esas comunidades. El ambicioso proyecto, que plantea la puesta en marcha de dos centros de interpretación de la naturaleza y la cultura, se complementa con un proceso de capacitación en materia de planificación y comercialización. De esta manera, se promueven herramientas que permitirán que la reconocida riqueza natural y cultural del área se fortalezca y, además, que ésta sea un instrumento para el desarrollo local.
Con la puesta en marcha de centros de interpretación, el área contará con espacios de comunicación que permitirán poner en valor el patrimonio y enriquecerán la experiencia de quienes recorren localidades como Molinos, Seclantás, San Carlos o Angastaco. Se creará allí una verdadera ruta escénica de singular diversidad de atractivos turísticos a lo largo de esas poblaciones que se encuentran contiguas a la mítica ruta nacional 40 y que cuentan con escenarios inolvidables.
En asociación con el Sistema Provincial de Areas Protegidas, el proyecto aspira a fortalecer las áreas de la Quebrada de las Flechas y de la Quebrada de las Conchas, ambas de inusitado valor paisajístico, pero todavía sin una planificación que asegure el resguardo adecuado de esos espacios y sus valores en el largo plazo.
En un difícil escenario mundial, el acuerdo entre un gobierno, una empresa y una organización no gubernamental representa un modelo de cooperación entre los distintos sectores que crea espacios enriquecedores para la defensa adecuada de los recursos naturales y culturales, y para la promoción del desarrollo sustentable de nuestro país. Esta asociación que permite pensar de manera aunada el largo plazo agrega valor en el ámbito social, ambiental, cultural y humano; un valor que está en las antípodas del país dividido y que parece inspirado en las entusiastas propuestas de uno de los más férreos defensores de la responsabilidad social empresarial, Stephan Schmidheiny. Entre sus reflexiones, cabe recordar aquella que decía que, en el largo plazo, no puede haber empresas exitosas en sociedades fracasadas. De esa manera, caracterizaba a una sociedad fracasada como aquella en que los pobres son mayoría y no tienen oportunidades reales para mejorar su existencia y calidad de vida; en que la inversión social en salud y en educación es insuficiente, y en que el despilfarro y la destrucción de los recursos naturales constituyen un peligro real.
No queremos tener sociedades fracasadas en la Argentina; por eso, el aporte de una empresa privada constituye una apuesta al desarrollo sustentable de los Valles Calchaquíes.
Ahora que en Salta el área de Cultura ha sido integrada bajo la autoridad de un flamante ministro de Turismo y Cultura, la propuesta del mencionado proyecto es una experiencia prometedora que aspira a ofrecer oportunidades, a mejorar la calidad de vida, y a proteger el patrimonio natural y cultural. Es una buena noticia que demuestra que el trabajo conjunto de los distintos sectores brinda muchas más oportunidades que las divisiones entre ellos y contribuye a la construcción de sociedades exitosas.
Fuente: La Nación