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Pronunciado crecimiento de bodegas en Salta

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La vitivinicultura argentina creció fuerte en el mundo en la última década, en gran parte gracias a las inversiones en reconversión de viñedos hacia uvas de calidad, la mejora en la elaboración y el trabajo conjunto de la industria para promocionarse en el exterior. Salta, creció en calidad y en cantidad, incluso por encima del promedio nacional.

En la última década, se duplicó la cantidad de bodegas que producen en la provincia, de 15 a más de 31 establecimientos, según datos del gobierno de Salta. Y mientras la superficie de viñedos creció en el país un 13,6% desde 2000, en los Valles Calchaquíes salteños –con localidades como Cafayate, San Carlos y Molinos–, lo hizo el doble, en un 28%, al sumar 502 hectáreas nuevas, a un total de 2.296, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Entre las tradicionales bodegas salteñas, figuran Etchart (del grupo francés Pernod Ricard); Michel Torino y El Esteco (del Grupo Peñaflor), Quara (de los Lávaque), Colomé (de Donald Hess), Bodegas Nanni y Vasija Secreta, entre otras, que aportaron al crecimiento de la región. “En la última década, las bodegas ya instaladas aumentaron la superficie sembrada y, además, surgieron nuevos emprendimientos, tanto de nuevas bodegas como empresas que ya producen en Mendoza y tienen ahora tierras en Salta”, explicó Luis García Bes, asesor de la Secretaría de Comercio, Industria y Servicios de Salta. “El 55% de los viñedos corresponde a variedades tintas y el 99% de las uvas que se producen son para vinos finos, índice único en el país”, precisó.

Entre las nacidas desde 2000, figuran Belén de Humanao, J.L. Mounier (Finca Las Nubes), Tukma, Salvador Figueroa, Peña Veyrat Durbex, El Tránsito y Tierra Colorada, entre muchas otras. Los vinos de los Valles Calchaquíes son promocionados como Vinos de Altura, ya que los viñedos se encuentran entre los 1.600 y 3.100 metros sobre el nivel del mar, lo que les otorga, junto al clima y el suelo local, tipicidades únicas. “Tenemos los viñedos a mayor altura del mundo y eso llama la atención”, aseguró García Bes.

Los inversores, que se acercaron a la zona en un inicio principalmente por su interés en el torrontés, sumaron luego otras variedades tintas. “Hubo una reconversión de la industria desde los años 90, cuando se comenzó a ver y a apostar a la ticipicidad de las uvas y vinos de Salta”, destacó Osvaldo Domingo, presidente de Bodegas de Salta y titular de Domingo Hermanos. “Además del torrontés de calidad, que comienza a ser conocido en el mundo, otras variedades como el malbec, cabernet sauvignon o tannat se dan de manera diferente en esta zona, con una tipicidad única; son más frutados y concentrados”, agregó Domingo.

El crecimiento de la superficie cultivada fue tal que ya no abundan tierras. “En Salta quedan pocas tierras disponibles con acceso al agua. Por eso, muchos cultivos están yendo desde Cafayate hacia la zona de Animaná”, agregó Domigo.

Con el emblema de los Vinos de Altura, las bodegas y la provincia promocionan sus productos en el exterior, con la participación en ferias y misiones comerciales. Y los resultados saltan a la vista. “Hoy se exportan 1,5 millón de vinos premium a 30 países y si bien Salta produce aún sólo el 1% del total del país, aporta el 15% de las ventas argentinas al exterior”, precisó García Bes.


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