Después de que el gobierno nacional decida prohibir la exportación de carne, ahora decidió reducirla en un 50% hasta el 15 de agosto, asegurando que esperan una baja en los precios, al mismo tiempo aumentaron la cantidad de cortes populares a precios congelados. Dossier Web dialogó con Carlos Segón, presidente de la Sociedad Rural Salteña para conocer los pormenores.
“El presidente dice que si se estabiliza el precio se libera la exportación, para nosotros esto es una barbaridad, porque primero porque es no conocer cómo funciona el comercio de exportación, no podemos negociar con China o Israel y decirles que les podemos vender hasta el 15 de agosto la mitad de lo acordado y después no saber qué puede pasar”, asegura.
Explica que el comercio internacional, es un negocio a largo plazo y que lleva mucho tiempo hasta concretarse, hasta que se cierra el acuerdo, se faena la hacienda, se industrializa, pasar los fríos y luego que salga el producto en barco “son más o menos 60 días, poner limitaciones así es no comprender cómo funciona el negocio”.
Desde el sector consideran que no es coherente que el presidente “nos pida que nosotros le aseguremos que el precio no va a subir, es como que nosotros le pidamos que nos asegure que no habrá inflación, si continúa este movimiento inflacionario es evidente que impactará en los precios”.
Preocupados sostienen que este tipo de decisiones tienen un fuerte impacto en el sector, donde el más castigado es el de la cría, porque Argentina únicamente exporta las vacas adultas, y en medio de tanta vorágine y falta de previsibilidad su precio bajó un 40% lo que hace perder la rentabilidad.
“No somos formadores de precios, aquí no quieren admitir cuál es la realidad económica, la presión tributaria y el déficit fiscal, el estado gasta más de lo que ingresa, por eso emiten tanto dinero y esto tiene sus consecuencias”.
El gran temor es que estas medidas puedan afectar al punto de generar un desabastecimiento y respecto a esto Segón sostiene que esto no ocurrirá a corto plazo, aunque reflexionó en que la Argentina está estancada en la producción de carne hace 40 años, “antes teníamos un stock de 3.7 cabezas por habitantes, hoy no está llegando a una. Estimo que desde el 2019 hasta el cierre del 2021, la reducción del stock ganadero superará el millón y medio de cabezas”.
Si no se toman las medidas correctas en el corto plazo sostienen que Argentina tendrá que importar carne de Uruguay o Paraguay.
“Hoy la única salida que vemos es abrir la importación y las retenciones, eso no significa que la mesa de los argentinos estará desabastecida, somos el país que más consumo de carne vacuna tiene en el mundo. Normalmente otros países consumen de 10 a 12 kilos por habitante y Argentina venía con 97 y hoy está en 48, pero se fue compensando con el aumento de producción en carne porcina y aviar”.
Carlos asegura que las medidas que se vienen tomando desde hace más de un mes, “buscan un efecto electoral y quieren bajar la inflación, ven a la carne como un chivo expiatorio, esto no es causal de inflación”.
Ante un contexto tan difícil y donde Salta tiene destinadas aproximadamente unas 500.000 hectáreas a la cría de ganado, se reunieron con autoridades del gobierno provincial para pedirles que gestionen un cambio de políticas del gobierno nacional. “Sabemos que no depende de ellos, pero buscamos su representatividad para evitar más pérdidas”.