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“Pega donde más te duele”: el impacto en la economía de una eventual expansión de la variante ómicron

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“La Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación económica”, celebró días atrás el presidente Alberto Fernández. Fue en la reunión anual de la UIA, en la que el Gobierno destacó el crecimiento del sector manufacturero y estimó que el PBI crecerá este año alrededor del 10%.

Con recuperaciones en sectores como la industria o el campo, la economía tendrá un rebote heterogéneo: hay rubros que están por encima de sus niveles pre pandemia, mientras que otros aún muestran el impacto de la crisis de 2020. En este escenario, los economistas advierten sobre el eventual impacto de la llegada de la variante ómicron.

Si bien aún es prematuro el análisis, las consecuencias de nuevas restricciones o medidas para mitigar los contagios de una cepa más contagiosa podrían implicar un freno a un 2022. “Si ómicron llegara a complicar las cosas en la Argentina, y el Gobierno decidiera aplicar restricciones, el impacto obviamente va a depender de qué medidas se adopten, de la magnitud y duración de las mismas”, dice María Castiglioni, socia de la consultora C&T Asesores Económicos.

Las proyecciones para el año próximo son conservadoras, aunque existen disparidades entre lo que prevé el Gobierno y lo que estiman los analistas. Mientras que en el Presupuesto –aún no aprobado en el Congreso- se diagramó un crecimiento del PBI del 4%, la última edición del Reporte de Expectativas del Mercado (REM) que compila el Banco Central con la visión de más de 30 bancos y consultoras, espera un alza del 2,5%.

Según la economista de C&T, el impacto de un regreso a restricciones tendrá efectos negativos sobre las actividades que dependen de la cercanía y la interacción social, al igual que ocurrió en 2020 y 2021. “Los sectores más afectados en estos escenarios son turismo, servicios personales presenciales, comercio no esencial, restaurantes. Y si cierran como mayo de este año unos días, también impacta en la industria, el transporte”, completó la analista.

En este contexto, la apuesta del Gobierno es avanzar con la vacunación, tanto para completar el esquema de dos dosis en los segmentos más jóvenes como en la aplicación de terceras dosis en las personas adultas, y evitar el regreso de restricciones. Para sectores como la gastronomía o el turismo, además, la llegada del verano abre una oportunidad de recuperación, luego de meses de crisis.

“Económica y socialmente es muy difícil que adopten medidas extremas, pero si se complica entonces no lo podemos descartar. Hoy no es nuestro escenario base. Parece difícil, pero lamentablemente están subiendo mucho los contagios porque pasamos del encierro a que ‘Se terminó el covid’ y eso es complejo de manejar. La clave para evitarlo es generar conciencia ciudadana de cuidado”, dice Castiglioni.

Para Fernando Marull, director de FMyA, el país hoy tiene una posición de relativa solidez para enfrentar la llegada de la variante omicron, a partir de que el 66% de la población está vacunada con dos dosis. “Estas últimas semanas en regiones del Este y Centro de Europa (como Alemania) empezaron a escalar los casos, y se detectó la nueva variante ómicron, que habría surgido en Sudáfrica (con sólo el 25% de la población vacunada con 2 dosis).

“Los primeros datos indicarían que es de mayor contagiosidad que las anteriores variantes, y las vacunas perderían efectividad. De momento, en la Argentina y en los países vecinos los casos siguen estables en niveles bajos. Asimismo, en Argentina el rechazo a las vacunas es muy baja, y la tasa de vacunación, que fue un problema, es hoy elevada: 81% con al menos una dosis, contra el 71% de Alemania y EEUU, y 55% promedio mundial; y por ahora, el 66% en la Argentina tiene las dos dosis”, explicó el economista en un informe.

“Asimismo, se empezó a acelerar la aplicación de la tercera dosis y una eventual ola en la región nos agarraría en verano. No es para bajar la guardia, pero sí hay motivos para estar más optimistas que la situación del hemisferio norte”, completó Marull.

Por su parte, José Ignacio Bano, director de Research en InvertirOnline, advierte que nuevas restricciones podrían “sumar desequilibrios” a nivel macroeconómico. “La variante omicron nos puede perjudicar si otra vez hay que dar un paso atrás con el cierre de la actividad. Eso sería nefasto porque hoy Argentina está en déficit y un cierre de actividad implica menos recaudación. Así, se agranda el déficit y simultáneamente hay una mayor necesidad de ayuda social, con lo cual seguís agrandando el déficit. Y si no aumentás la ayuda, tenés una miseria cada vez mayor con conflictividad social y un montón de problemas”, plantea el economista.

“El problema es que hoy esa mayor necesidad no se puede financiar con deuda, porque nadie te presta, y tampoco con el FMI, porque seguimos con las negociaciones y habría que ver si están dispuestos a prestarnos. Entonces, nos bancamos ese déficit con impresión de pesos y a través de letras en un mercado de capitales en pesos que es chico y se agota, mucho más con tasas bajas. Entonces, recaés más en la emisión y ya sabemos el resto de la historia: más inflación o mayor brecha cambiaria. En suma, un efecto así suma desequilibrios donde más te duele”, dice Bano.

De todas maneras, el analista destacó que los datos del rebote de la actividad “son más positivos de lo que uno tiene como sensación en la calle”. “Uno ve un montón de locales cerrados y miseria, pero el EMAE da un 10% de recuperación contra el año pasado. Aparentemente, el país está empezando a recuperar, pero es difícil porque normalmente para empezar a producir necesitás inyección de capital, y la Argentina se quemó todo el capital porque era necesario sobrevivir este último año y medio. Hoy no hay nadie que te preste, y es difícil salir cuando no tenés ni capital ni inversión que ayude al crecimiento”, concluye.

Fuente: La Nación


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