Para quien ha visitado Cusco la seña de las prendas andinas adornadas con diferentes dibujos geométricos son una identidad que permanece en la retina. Algunos de estos símbolos son abstractos y otros retratan personas o animales. Esos dibujos, íconos, pictogramas, motivos o diseños que las adornan son conocidas en quechua como “pallay”. Los pallay, además expresan los conceptos fundamentales de la filosofía andina como el ayni (reciprocidad) o el yanantin (complementariedad), entre otros.
Ahora, un lugar igual de espectacular que todo lo que lo rodea, al que llaman la nueva montaña de colores de Cusco, se ha hecho conocida en el mes de abril del 2020 en plena cuarentena. El 23 de ese mes Tony Ccalta fue a recoger la planta medicinal Sasawi para sus padres al Cerro Pallay Punchu. Sorprendido con la belleza del lugar, empezó a tomar fotos y grabar videos, los público en Facebook y se hicieron virales, los viajeros comenzaron a tomar nota del hallazgo y las agencias a incluirlos en su recorrido.
El uso del Sasawi como planta medicinal es recomendado por los pobladores de la zona para enfermedades que afectan a las vías respiratorias. La gente local lo utilizó para intentar contrarrestar el coronavirus.
La montaña Pallay Punchu de apu tacllo (también llamada Montaña filuda de colores o La montaña Pallay Poncho o cóndor sayana) es uno de los nuevos destinos turísticos del Cusco. Ubicada a más de 194 kilómetros de la ciudad de Cusco, en una cumbre ubicada a 4.791 msnm, es una gran formación montañosa teñida de diversos tonos como resultado de la compleja combinación de minerales.
Las pendientes y la cumbre se destacan en varios colores, incluidos rojo, rosado oscuro, morado, verde, rosa, blanco, entre otros. Con este nuevo destino, Perú suma tres montañas de colores en la región Cusco: la de 7 colores Ausangate, la Palccoyo y la novata montaña Pallay Punchu. Los picos de Pallay Punchu le rinden honor a su nombre: “poncho adornado de pallay” porque es justamente así que luce este colorido sector del Apu T’acllo, deidad tutelar del distrito. Da la sensación de que la montaña sagrada ha cubierto su cuerpo gigante con un poncho de colores tejido en los Andes del Perú.
Para visitar el Apu T’acllo, donde se encuentra esta maravilla conocida también como Montaña Filuda de Colores, hay que llegar al poblado de Layo, capital del distrito del mismo nombre, que se encuentra bordeando los 4.000 metros sobre el nivel del mar.
La peregrinación al color
Layo es prácticamente un destino virgen para el turismo internacional. Se encuentra a orillas de la impresionante laguna de Langui-Layo y las personas allí han conservado con orgullo sus tradicionales milenarias. Layo destaca no solo por sus asombrosos paisajes, sino también por su deliciosa gastronomía ya que es un distrito ganadero, pecuario y agrícola. Allí se pueden disfrutar de la deliciosa carne del cuy, de un ceviche de trucha o de un cremoso queso mientras observas la inmensidad de las aguas lacustres.
Layo se encuentra aproximadamente a 4 horas en auto de la ciudad de Cusco. Se puede llegar primero a la ciudad de Sicuani (3.550 msnm) y luego abordar un auto para llegar hasta el mismo poblado de Layo.
Desde allí, existen varias rutas rumbo al colorido sector de Pallay Punchu. Algunas son extremas y quizás deban quedar reservadas para los muy aventureros. En este caso es mejor vivir esta aventura en compañía de un guía experto que conozca bien la zona.
En promedio, se deberá caminar a gran altitud y en ascenso unas 2 horas hasta el mirador. Tras la caminata hay que preparase para sentir que se está volando sobre la superficie de otro planeta. Los ribetes de Pallay Punchu -cremas, magentas, marrones- se expanden hacia el precipicio formando diseños alucinantes.
Hay que tomarse un tiempo para entender qué significa contemplar estas pirámides esculpidas pacientemente por la Pachamama durante millones de años.
Por un lado se puede observar la plenitud y las oscuras aguas de la inmensa laguna de Langui-Layo. Por el otro, se vislumbran montañas misteriosas y afiladas en medio de valles de tierra roja.
En este sitio se alcanzan los 4.700 msnm, por lo que es recomendable llegar a Cusco primero (3.400 msnm) con al menos 2 días de anticipación para poder aclimatarse. Es importante tomar muchos líquidos y evitar el consumo de alcohol, café y cigarrillos. El mal de altura puede ser desagradable.
Ya en Layo es posible hospedarse en los hoteles comunitarios y vivir una experiencia cultural auténtica mientras se aporta al crecimiento de la economía de las familias locales. Estos alojamientos son privados, cómodos y muy agradables.
Es apropiado aprovechar a probar la variada y deliciosa gastronomía de la zona y a navegar sobre las aguas azules de la laguna antes de volver a la agitación de la ciudad. Si hay un poco más de tiempo, a solo 20 minutos en auto, se puede disfrutar de una relajante zambullida en las aguas termo medicinales de Exaltación.
Los Andes Peruanos tienen una maraña de recovecos por recorrer para los viajeros inquietos que aún están escondidos en las cuatro paredes de las tradiciones.
Fuente: Infobae