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Opel no se vende a la General Motors

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La automotriz estadounidense estimó que habrá 10.000 despidos en Opel, el fabricante europeo que resolvió no vender en una decisión que generó críticas y sorpresa en Europa, particularmente en Alemania.

Arguyendo una mejor "salud financiera" y "la importancia de Opel/Vauxhall" para su estrategia internacional, GM anunció el martes 3 que decidió finalmente conservar Opel -que emplea actualmente 50.000 personas en Europa-, tras negociar durante meses su venta al consorcio Magna/Sberbank. 

El grupo norteamericano ahora quiere reestructurar Opel por sí mismo y su vicepresidente, John Smith, declaró este miércoles que General Motors busca reducir los costos de su filial en un 30%, lo que se traducirá en unas 10.000 supresiones de empleo. 

GM evaluó en 3.000 millones de euros el costo de la restructuración que ha previsto.  Opel produce en Alemania, donde trabajan la mitad de sus asalariados, así como también en España, Bélgica, Polonia y el Reino Unido, bajo la marca Vauxhall.  Por su parte, la Casa Blanca reiteró -también el miércoles- que es ajena a la decisión de GM, anunciada el mismo día de una visita a Washington de la canciller Angela Merkel.

El Estado norteamericano posee más de 60% del capital de GM, pero dice con frecuencia que no se involucra en la gestión diaria de la empresa. 

La marcha atrás de General Motors es considerada como definitiva por Alemania. La canciller Angela Merkel había presionado con fuerza, en plena campaña electoral alemana, para la venta de Opel a Magna. Ahora Alemania tiene la intención de pedir aclaraciones a Estados Unidos.

"La conducta de General Motors es absolutamente inaceptable", en particular "respecto a los trabajadores a ocho semanas de Navidad, sobre todo después de que éstos dijeran que estaban dispuestos a aceptar sacrificios salariales", consideró el ministro federal de Economía, Rainer Brüderle. 

Fuera de Alemania, los gobiernos británico, donde GM Europa produce bajo la marca Vauxhall, y el de la región belga de Flandes parecían mucho más moderados. Ambos no excluyeron una participación financiera en el plan de reestructuración de Opel versión General Motors. 

El Reino Unido, que cuenta con 4.700 asalariados de GM Europa, anunció "querer trabajar estrechamente con GM", y no descartó inyectar dinero en una restructuración. El mayor sindicato del país, Unite, la saludó como "una decisión fantástica". 

La sorpresa reinaba en tanto en España y en Rusia. Este último país no tiene sitio de producción, pero el banco semipúblico Sberbank era el socio financiero de Magna en la frustrada operación. Los socios procederán a un "análisis jurídico" de la decisión, advirtió el portavoz del primer ministro Vladimir Putin. 

Lo que ahora es "imaginable" es el cierre de plantas en Bochum (4.800 trabajadores), Kaiserlautern (3.300) y Eisenach (1.650), así como también las situadas en Amberes, Bélgica, y en Ellesmere Port, Reino Unido, estimó Ferdinand Dudenhöffer, especialista del automóvil en la universidad de Duisburgo. 

Los sindicatos fueron, en particular, los que más manifestaron su inquietud por el destino de los casi 55.000 trabajadores europeos de General Motors, la mitad de ellos en cuatro plantas alemanas. Los dirigentes sindicales han organizado manifestaciones en las plantas alemanas el jueves y un movilización europea a partir del viernes. 

El presidente de IG Metall, Berthold Huber, estimó "difícil de imaginar que GM pueda encontrar la vía de una solución durable" después "de años de errores de gestión que pusieron a Opel en una situación difícil".   


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