El emblemático dirigente del gremio de la construcción murió a los 70 años de edad. Su restos fueron inhumados ayer. Fue diputado provincial y concejal por el municipio de la Capital.
El gremialismo local está de luto. El martes ha muerto Augusto Naciaceno Ortíz, el histórico dirigente de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), seccional Salta, a la que condujo durante las tres últimas décadas. Tenía 70 años y era padre de cuatro hijas, Ramona, Claudia, Norma y Leonor, quienes les dieron seis nietos.
Ortíz nació en Cabeza de Buey, en el departamento General Güemes, en el seno de una familia humilde. Desde muy joven inició su labor en la construcción y fue en la empresa Imberti donde demostró sus dotes de gremialista. Luego de ser elegido por sus compañeros como delegado en esa constructora ocupó diversos cargos en la organización sindical hasta acceder al cargo de secretario general.
Entre 1985 y 1989 se desempeñó como diputado provincial por el Partido Justicialista y del 89 al 91 como concejal por el municipio de la Capital. Además ocupó importantes cargos a nivel nacional dentro de la UOCRA.
Tenía perfectamente incorporado el concepto de que para ser un buen sindicalista se debe tener las siguientes cualidades: ser sagaz, observador, perspicaz, prolijo, exhaustivo y estar capacitado para trabajar como mínimo 14 horas diarias. Sus colaboradores aseguran que lo hacía mucho más de ese tiempo y que para él no existían los feriados ni los descansos. En marzo de este año le habían colocado un marcapasos y los médicos le recomendaron dosificar su tarea.
Su esposa Norma Beatriz, con la estuvo casado 45 años, lo recordó ayer con una sonrisa. “Cada vez que pasábamos cerca de Cabeza de Buey me decía: Bajate y besá esta tierra porque conmigo te sacaste la lotería”. Ese era Augusto Nacianceno Ortíz, un hombre simple, vivaz, siempre con una sonrisa a flor de labio y con un fuerte compromiso con la causa de los trabajadores. Como un reconocimiento a su labor, ayer los dirigentes de otros gremios pidieron a familia que les permitieran llevar a pulso el féretro una cuadra y media antes del cementerio Nuestra Señora de la Paz, donde inhumaron sus restos mortales. Allí los concurrentes lo recibieron y lo despidieron con un cerrado aplauso
“De Augusto tengo el mejor de los recuerdo, un hombre leal, un gran luchador por sus ideales, que trataba con el mismo respeto al empleado como al empresario”, expresó Rubén Aguilar, el secretario adjunto que a partir de ahora conducirá los destinos de la organización sindical que cuenta con cerca de 10 mil afiliados en toda la provincia. Destacó que Ortíz siempre predicó con su ejemplo, pues era el primero en llegar al edificio de la calle Mitre 819 y el último en irse. Para Aguilar el desaparecido dirigente “fue uno de los grandes símbolos del gremialismo peronista de Salta ” y que su paso por la UOCRA quedará grabado como una impronta.
Fuente: El Tribuno