Después de varias semanas de negociaciones, no hubo acuerdo entre el sindicato de Camioneros y la cadena de supermercados Walmart. Hace unos minutos finalizó la última reunión en el Ministerio de Trabajo y las dos partes no llegaron a ninguna solución, con lo cual se especulaba que ahora el gremio que lidera la familia Moyano podría retomar alguna acción de fuerza.
“La conciliación se terminó y no hubo acuerdo”, fue la escueta declaración que hicieron en Walmart, tras la finalización de la reunión en la cartera de Trabajo que duró apenas veinte minutos.
En la última semana, el dirigente de Camioneros Pablo Moyano había amenazado con lanzar un paro general del transporte si finalmente Walmart no accedía a su pedido para despedir, indemnizar y volver a contratar a los 500 empleados que trabajan en el centro de distribución de Moreno.
Ahora con la negociación definitivamente caída se abren dos opciones. La primera es que Moyano cumpla con su palabra y lance un paro general del transporte, tal como adelantó en una asamblea realizada el último lunes en el centro de distribución de Moreno.
La otra opción es que el gremio vuelva a apelar a medidas de fuerza menos altisonantes pero igualmente efectivas como el quite de colaboración. Este tipo de acciones redundaron hace unas semanas en serios problemas de desabastecimiento para los supermercados de Walmart, ya que el centro de distribución prácticamente dejó de operar.
Nuevo dueño
El conflicto comenzó luego de que la cadena de supermercados fuera adquirida por el Grupo De Narváez, a fines del año pasado. El argumento del sindicato es que se trata de una nueva empresa y, por ende, no hubo una transferencia de los contratos de trabajo, por lo cual los empleados deben ser indemnizados.
“Es una práctica ilegal, no prevista por ningún marco legal vigente, ni con la forma en que desarrollamos nuestra actividad en el país”, explicaron en Walmart Argentina.
Apenas iniciadas las negociaciones, el ministro de Trabajo Claudio Moroni declaró hace unas semanas que no había ninguna norma que obligue a la cadena de supermercados a pagar una indemnización a los trabajadores por el cambio de manos de la compañía y calificó a la disputa como un “conflicto de intereses”.
Por su parte, en el sindicato buscan replicar en el caso de Walmart una práctica del sector de la recolección de residuos, por la cual, ante un cambio de concesionario del servicio, la empresa que se adjudicaba un contrato tenía la obligación de despedir, indemnizar y volver a tomar a los trabajadores de la antigua firma.
La raíz del reclamo de Moyano se remonta a sus tiempos de sintonía fina con la familia Macri. Moyano acumulaba muchos años de relación con Franco Macri por el manejo de la recolectora de residuos Manliba. Mauricio, siendo jefe de gobierno porteño y ya con sus intenciones de dar el salto a la Casa Rosada, no solo que mantuvo el vínculo que heredó de su padre, sino que lo estimuló al validar el pago de indemnizaciones a los trabajadores del servicio en cada renegociación de los contratos, con la garantía de que además conservaban sus puestos. La gestión de Pro afrontó una deuda por indemnizaciones pendientes desde 1998, cuando culminó el contrato con la empresa Manliba. Moyano suele jactarse de su capacidad de negociación con este logro.
“Este modelo Camioneros lo aplicó siempre en las empresas de recolección de residuos, que tradicionalmente cambian de operador cada dos o cuatro años, cuando se vence la concesión. Pero acá es muy diferente porque la empresa siempre fue la misma, lo único que cambió es el accionista controlante, pero no hay una compañía nueva ni un contrato de servicio que se haya extinguido”, explicaron en Walmart Argentina, hoy en manos de Francisco De Narváez, exaliado electoral de Moyano en 2013.