“Van a faltar terneros, habrá menos producción de carne y seguramente subirá el precio”, aseguró el ingeniero Arnaldo Fumagalli, jefe del grupo de Producción Animal del INTA Santiago del Estero.
El funcionario, comentó que ya hay casos de engordadores de hacienda que empiezan a fijar precio a término para proveer terneros para engordar en el otoño que viene, porque están previendo que va a haber faltante, entonces ya están fijando precios superiores con entrega para marzo o abril del año próximo. Esta situación ocurre en todo el país sin distinción.
Justamente en el congreso que acaba de terminar y del que Fumagalli participó en Mendoza, se analizó las posibilidades de la ganadería bovina para áreas áridas y semiáridas.
Al respecto, recordó que analistas de mercado de la carne vienen anunciando “efectos mediatos” importantes en el sector cárnico nacional.
“Para hacer el fuego para un asado se tarda 20 minutos, un tiempo similar para comprar la carne, pero para producirla se tarda 3 años”, graficó Fumagalli con crudeza.
Y hablando justamente de los ciclos de producción, señaló que “una vaca tarda nueve meses y medio para gestar un ternero, después hay seis o siete meses hasta el destete, otro año largo de engorde y terminación, son prácticamente 3 años. Con la sequía las vacas pierden estado y se preñan poco. Al año siguiente nacen menos terneros, y al subsiguiente hay menos terneros de destete y novillos para engordar. Es una cadena”.
La actualidad
Ahora se está manteniendo el consumo de carne interna, incluso la exportación este año “no fue tan mala”.
Sin embargo, el especialista del INTA señaló que es “un exceso mantener el consumo de más de 70 kilos de carne por habitante por año, “porque lo hacemos a costa de matar terneras y vaquillonas que son las futuras madres”.
“Vamos a tener menos vacas por un lado, por problemas de mercado, y menos preñez, por el efecto de la sequía”.
Se suman los dos efectos y esto va a traer consecuencias por lo menos por los próximos 2 años, “y cualquier recomposición en ganadería es lento, de un año y medio hasta 3 años”.
Fumagalli confió que el tema de la sequía “pega, en algunos casos frena trabajos, en otros obliga a repetir experiencias porque son años atípicos y en otros sirve, porque son poco frecuentes pero no imposibles”.
Las lluvias y el futuro de la ganadería
Respecto del pequeño chaparrón del domingo a la noche, el ingeniero Arnaldo Fumagalli refirió que “con esto no salimos adelante. La seca de agosto, setiembre y octubre es normal, pero lo grave es la época en la que tiene que llover y no llueve como ocurrió los últimos dos años”.
Siendo optimista, Fumagalli dijo que hay casos muy difíciles, pero se debe aguantar.
En el caso de las provincias del norte que reconocen la importancia de la ganadería, y en especial la bovina, los gobiernos apoyan con planes provinciales ganaderos, “porque el panorama de las carnes a futuro, en los próximos 10 a 15 años es muy promisorio, ya que sigue habiendo un mercado demandante de carne”.
“El que pueda aguantar seguro que va a ser muy buen negocio a mediano y largo plazo”, advirtió respecto de lo que puede suceder-
Fuente Region Norte Grande