Dossier Web dialogó con los gerentes de la fábrica dedicada a las sodas, agua y gaseosas. El Licenciado Luis Marinaro y el Ingeniero Marcelo Coll detallaron cómo transcurrieron los meses pasados en esta empresa local y las medidas que tomaron para hacerle frente al contexto de pandemia.
La empresa Salvador Marinaro e Hijo, cuya fábrica se ubica en Av. Jujuy al 900, en Salta Capital, tiene casi 70 años en el mercado local. Se dedican a la elaboración y comercialización de agua, gaseosas y sodas bajo normas Ivess (Instituto Verificador de Elaboración de Soda en Sifones). Desde que se inició la cuarentena, a fines del mes de marzo, fueron parte de las industrias denominadas como esenciales, al ser parte de la cadena de alimentación. Si bien no detuvieron la producción, sí tuvieron que acomodarse a los nuevos requisitos para mantener la producción. Al respecto Dossier Web visitó la fábrica para conversar con el Licenciado Luis Marinaro, Socio Gerente de la empresa y el Ingeniero Marcelo Coll, Gerente General de la misma.
La empresa produce y embotella gaseosas, soda y agua. Estas dos últimas se reparten puerta a puerta, en tanto que las primeras son las que pueden hallarse en los comercios y locales gastronómicos. Actualmente más de 6 mil familias salteñas consumen agua y soda gracias a los repartos que realiza la empresa; en tanto que son alrededor de 300 comercios gastronómicos de tipo restaurant/confitería que reciben estos productos. A ellos hay que sumar otro tanto de empresas y oficinas donde también están presentes.
Respecto a cómo transcurren, económicamente, la cuarentena, tanto Marinaro como Coll coinciden al señalar que al ser una marca alternativa, el impacto es menor. Esto se explica en parte porque la caída del ingreso de los salarios hace que los consumidores se vuelquen hacia estas marcas de gaseosas y abandonen las denominadas “primeras marcas”. Y si bien los años anteriores la economía del país se mantuvo en una crisis progresiva, eso no logró repercutir en las ventas de Marinaro, pero el ingreso a la cuarentena, en los últimos tres meses, sí fue un factor relevante.
Según detalla Luis Marinaro, durante el segundo trimestre de 2020, las ventas de la empresa cayeron entre un 25 y 30 por ciento respecto a igual periodo de 2019; mientras que las primeras marcas del mercado -pertenecientes a empresas multinacionales- registraron caídas cercanas al 50 por ciento en sus ventas. Coll agrega que a esta situación hay que sumarle los meses de bajas temperaturas en los que históricamente las ventas disminuyen.
En este punto los gerentes realizan una salvedad para establecer las diferencias entre los distintos canales comerciales que ocupan desde la empresa. En cuanto al reparto domiciliario de soda y agua, aseguran que las ventas no disminuyeron, pues al permanecer más tiempo las personas en sus casas el consumo no fue aminorando; algo que sí paso con lo sucedido en comercios, empresas y, sobre todo, locales gastronómicos, que al tener cerradas sus puertas durante casi dos meses, derivaron en una incidencia negativa en las ventas de gaseosas, soda y agua.
Consultado sobre la estrategia de la empresa para encarar un contexto tan complejo como el de la pandemia, Marinaro comenta que optaron por acompañar al bolsillo de los clientes “no trasladando la suba de costos al precio y sacrificando nuestro margen de ganancias lo más que se pueda”. Es decir, si durante estos meses la producción fue más costosa debido a, por ejemplo, las necesidades sanitarias que tuvieron que cubrir para brindar un producto seguro y de calidad, ese incremento no se vio reflejado en el monto que paga el consumidor final.
Producir durante la cuarentena
Al encontrarse dentro de las actividades consideradas esenciales tras el decreto emitido en marzo pasado, la empresa de agua, soda y gaseosas salteña no paró de trabajar, aunque reconocen que con un cuidado mucho mayor, tanto para sus trabajadores, como en el trato de los productos.
En cuanto al personal de la empresa que cuenta con unos 150 trabajadores en la nómina de Capital, los gerentes señalan que aproximadamente un 10 por ciento se quedó en casa, ya fuera porque estaban dentro del grupo de riesgo o porque podían -y pueden- desempeñar sus labores mediante home office. El resto continuó trabajando durante la cuarentena.
Los protocolos de seguridad fueron estrictos, tanto en la planta como en el reparto de los productos. Así lo señalan Marinaro y Coll, detallando que incluso se tuvo que sumar personal para poder llevar a cabo ciertas tareas. “Se trabajó con protocolos internos de manera que pudiéramos proteger al personal y a nuestros clientes para evitar contagios. Todo eso lleva tiempo, esfuerzo y recursos, pero desde el día uno estamos trabajando con medidas de seguridad muy fuertes que están normatizadas para la industria alimenticia y otros protocolos regulados por IVESS”, señaló Coll en referencia al Instituto que dictamina normas de calidad y en la instancia de pandemia pasó a auditar el cumplimiento también de los protocolos Covid-19.
Transporte
Esta empresa salteña hace envíos al resto del NOA, y destacan el trabajo que realizan en Tucumán y Jujuy. Al respecto señalan que hubo ciertos inconvenientes que atravesaron los transportistas. Las demoras en los puestos de fronteras provinciales dilataron el plazo de algunas entregas, pero más allá de eso no encontraron mayores inconvenientes para trasladar sus productos. Algo similar sucede con la llegada de insumos para la producción de gaseosas, que viene desde Buenos Aires y también experimentaron la demora en las rutas debido a los diversos controles que deben transitar los camiones en los miles de kilómetros que separan ambas provincias.
Créditos para salarios
A diferencia de lo sucedido con otras empresas, que resultaron beneficiadas por la ayuda estatal, Marinaro no accedió a los subsidios como el ATP, a pesar de que postularon para ellos. Sí reconocen que obtuvieron préstamos financieros bancarios privados (a 12 meses y tasa 24%) para mantener el pago de salarios de su personal.
A futuro
El licenciado Marinaro comenta: “Lo que más nos angustia es la incertidumbre, no visualizar el final de la pandemia, creo que nadie lo hace. La gente está aguantando con sus ahorros al máximo y no sabe cuándo irá a pasar esto; entonces nosotros lo que podemos hacer es tratar de acompañar y de absorber lo que más podamos la suba los costos. ojalá que las tarifas sigan congeladas como lo han estado hasta ahora, sobre todo las eléctricas que son las que en nuestro caso impactan mucho en los costos”.
“Algo que tratamos, al tiempo que pedimos, es también ser solidarios con las empresas salteñas. Que los salteños piensen en que esta es una producción de Salta, una empresa de acá, que le da trabajo de manera directa a cientos de familias, y muchas más, de manera indirecta. Entonces necesitamos que los salteños le den prioridad a los productos locales”, asegura el ingeniero Coll.
Dossier Web
