Las empresas líderes de medicina prepaga darán marcha atrás con el incremento de un 12% en el valor de las cuotas a partir de septiembre, que la semana pasada habían comunicado a sus asociados. "Se va a bonificar el aumento, pero queremos que todas las entidades de salud quedemos en igualdad de condiciones, que no haya subas para nadie", dijo a LA NACION Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical y vicepresidente de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales de la República Argentina (Cimara), que agrupa a las compañías más grandes.
Según lo que estaba previsto, el ajuste se iba a completar con otro 7%, por aplicarse con las cuotas de diciembre. El principal argumento de las compañías, aunque no el único, era que necesitaban recursos para hacer frente al incremento salarial que reclama el sindicato de la sanidad para los trabajadores de las clínicas. El pedido es por un 19%, escalonado, a partir de los sueldos de este mes. Sin acuerdo aún, a principios de la semana próxima podrían anunciarse medidas de fuerza, según afirmó ayer el dirigente sindical Héctor Daer.
Las prepagas tomaron la decisión de no subir por ahora las cuotas luego de que sonó el teléfono en sus oficinas. La llamada venía de la Secretaría de Comercio Interior, que conduce el polémico Guillermo Moreno. "No es momento", escucharon los directivos. Por televisión, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, les había enviado un mensaje el martes por la noche, cuando afirmó que las subas no habían sido autorizadas.
En rigor, no existe regulación alguna que le otorgue al Gobierno facultades para autorizar o desautorizar subas. Pero desde hace años las prepagas esperan a tener el visto bueno oficial antes de anunciar los aumentos para evitar así un conflicto. Sobre todo, desde que se hizo circular un proyecto de decreto que buscaba limitar la libertad de los trabajadores para optar por derivar sus aportes a la seguridad social al pago de una prepaga.
El aumento que ahora queda cancelado había sido previsto para este mes, pero cuando las prepagas se disponían a anunciarlo -deben hacerlo con 30 días de anticipación- hubo un pedido gubernamental de no hacerlo. En ese momento, según la versión dada por referentes de las prepagas, se dispuso posponer la decisión por un mes, por lo cual en el Gobierno estaban al tanto de que se aplicarían los ajustes en las cuotas en septiembre.
A juicio de las autoridades, éste no sería el momento adecuado para los ajustes, porque en estos meses se están concretando otros encarecimientos de bienes y servicios, desde las fuertes subas en las facturas del gas -por un cargo adicional que el Gobierno defiende a capa y espada- hasta el incremento de las expensas, que llegará tanto por el alza de las tarifas de los servicios públicos como por una suba salarial para los encargados de edificios.
Al referirse a cómo continuarán las negociaciones salariales en la actividad, Belocopitt dijo que espera que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, apele a su creatividad, a la vez que pidió que también se involucre el Ministerio de Salud, a cargo de Juan Luis Manzur.
FUENTE: La Cronica de hoy
