Inversores demandan la divisa estadounidense en respuesta a factores internos y externos.
Factores externos y locales provocan desde la semana pasada una inusitada demanda de dólares, que dio lugar a una disparada de la cotización del billete, que hoy superó los $ 23. Esto ocurrió ese a los esfuerzos del Banco Central, a través de la venta de divisas y de una fuerte suba de tasas, de contenerlo, o por lo menos de detener su acelerada dinámica alcista.
Entre las causas domésticas que impulsaron la corrida contra el peso se pueden enumerar:
1- Atraso cambiario: el dólar estuvo prácticamente planchado durante marzo y casi todo abril, ante las constantes ventas del BCRA para aquietarlo en busca de limitar su impacto en la inflación.
2- Entrada en vigor del impuesto a la renta financiera: la implementación del tributo de 5% sobre tenencias extranjeras de Lebac, generó una masiva salida de capitales financieros desde el 25 de abril pasado. “Para maximizar beneficios los jugadores comenzaron a salir antes de que el hacha cayera sobre sus ganancias vendiendo agresivamente en el mercado secundario y pasándose de pesos a dólares”, indicó Balanz Capital.
3- Tironeos políticos y económicos sobre tarifas: discusiones sobre los aumentos dispuestos en servicios públicos en el ámbito del Congreso, pero también dentro del seno de Cambiemos generaron malhumor al mercado.
4- Pérdida de confianza tras el 28D: el mercado hizo una lectura muy negativa sobre la decisión del oficialismo de cambiar de las metas de inflación para 2018, con el fin de bajar las tasas. Lo interpretó como una pérdida de autonomía del BCRA, en manos del poder ejecutivo. “La conferencia de prensa de fin de año quedará en los libros de historia económica mundial como un ejemplo de dilapidación de confianza innecesaria y los tremendos costos que ello genera en un país. No recuerdo haber visto algo así en toda mi vida”, afirmó Germán Fermo, director de Macrofinance.
5- Menor oferta del complejo agroexportador por efecto de la sequía: en el primer cuatrimestre se liquidaron poco más de U$S 6.000 millones, un 10% por debajo del promedio comprendido entre 2008 y 2017.
6- La vulnerabilidad de Argentina al escenario externo y el gradualismo implementado por el gobierno para bajar el déficit fiscal; las dudas sobre efectos en dinámica del déficit fiscal, de cuenta corriente, y comercial (todos elevados); altas necesidades de financiamiento, añadió el economista Gustavo Ber, quien también anticipó que las “elevadas tasas afectarán la actividad y generarán un inoportuno círculo vicioso”.
Pero algunos sucesos externos sumaron mayor presión al ya complicado escenario local:
7- Suba de tasas en Estados Unidos: el rendimiento del bono a 10 años superó en los últimos días el nivel simbólico del 3%, por primera vez desde enero de 2014. A esto se suma la posibilidad de mayores subas de tasas por parte de la Fed este año. El impacto de esta variable, alcanza a todas las economías del mundo. Tasas de interés más altas, significan entre otras cosas, mayor costo de endeudamiento. Esto impacta directo en la mayoría de los países emergentes, y en especial sobre la Argentina, que necesita aún más financiamiento y necesita mantener el dólar a raya para que no se traduzca en inflación una suba, sostiene el CEO de Carta Financiera, Miguel Bogianno.
8- Este escenario generó una mayor apreciación global de dólar en mercados del mundo (devaluaciones de monedas de emergentes y desarme de carry- trade), con repatriación de capitales a Estados Unidos, lo que termina por fogonear aún más el precio del tipo de cambio en el mercado local.