El Ejecutivo busca anticiparse a un fallo contrario de la Corte Suprema de ese país y propondrá un cambio de títulos voluntario. Pagará en dólares, pero modificará jurisdicción
El Gobierno abrió ayer el paraguas legal con el que espera sortear el eventual embargo de la deuda externa, luego de que la Cámara de Apelaciones de Nueva York dictara un fallo contrario al país el viernes último. Por cadena nacional, la presidenta Cristina Fernández anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley para reabrir por tercera vez el canje de deuda y que lanzará una operación voluntaria de cambio de bonos bajo legislación de Nueva York por otros títulos en dólares, con mismo valor y mismo plazo, pero de jurisdicción argentina.
Hemos tomado una decisión para salvaguardar a quienes han confiado en la República: hacer un reemplazo de títulos por la misma moneda, por los mismos plazos, pero cambiando el lugar de pago para evitar eventuales embargos, dijo la Presidenta, al anunciar la propuesta que movió el amperímetro del mercado. Para ser claros: los que tienen bonos argentinos, vamos a reemplazar esos títulos por bonos similares en moneda extranjera, con los mismos plazos, que serán pagaderos aquí, en la República Argentina, en la Caja de Valores, como ya hemos pagado, para que tengan una idea, el Boden 2012, insistió Cristina.
Se trata de vencimientos de deuda reestructurada con legislación extranjera por unos u$s 28.000 millones. De esa suma, u$s 11.700 millones están emitidos bajo ley estadounidense, otros u$s 15.500 millones de acuerdo a la ley británica y u$s 400 millones con normativa japonesa. Son los pagos que quedaron comprometidos luego de que, el viernes por la mañana, la Cámara de Apelaciones ratificada el fallo de primera instancia del juez Thomas Griesa en su integridad.
Así, el tribunal de alzada convalidó no sólo el reclamo de los holdouts (unos u$s 1.470 millones, entre capital e intereses, por la cláusula de pari passu o tratamiento igualitario de sus bonos), sino también la forma de pago: todo en efectivo y con el Banco de Nueva York como una suerte de garante: si Argentina no paga, el banco deberá apartar de los pagos regulares de deuda, el monto de la sentencia.
Si bien el fallo quedó en suspenso hasta que la Corte Suprema defina si toma el caso o no y se definan el resto de las cuestiones de procedimiento algo que demoraría seis meses, según fuentes oficiales el Gobierno quiso dar a los acreedores una opción voluntaria y libre de embargos, dijo un informante del Ejecutivo.
Desde el arco contrario, especialistas indicaron que el Gobierno dio una señal de que da por perdido el caso y buscará desviar los pagos antes de tener un fallo en contra efectivo.
Los nuevos bonos, en principio, están pensados para suplir a los que tienen legislación estadounidense, pero podrían cambiarse también por los de leyes europea y japonesa. Y no habrá un plazo de canje. El Gobierno insistió en que, mientras perdure la cautelar, continuará pagando sus vencimientos en las distintas plazas financieras en tiempo y forma. La aplicación del cambio de jurisdicción es, en principio, una alternativa, que podrá acelerarse si los tenedores de bonos quieren cambiar sus papeles. Un dato sugestivo al respecto: David Martínez,
del fondo Fintech, uno de los tenedores de bonos reestructurados que acompañó al Gobierno en su cruzada judicial, estaba ayer en Buenos Aires.
De esta forma, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, esperan sortear eventuales embargos, ya que los bonos a canjear serán depositados en la Caja de Valores porteña y no en la DTC estadounidense.
Ese punto fue uno de los tantos que generó dudas en los especialistas. Un experto ex integrante de la Secretaría de Finanzas dudaba de la posibilidad de sortear el embargo. También alertó que muchos fondos de inversión tienen prohibido por estatutos invertir en bonos bajo ley argentina y de otros países. Y, por último, remarcó el desafío que significa esta decisión luego del fallo de la Cámara de Apelaciones, ya que ratifica la voluntad argentina de incumplir con una sentencia en los términos que se ratificaron el viernes.
Canje 3
La Presidenta también anunció que hoy enviará al Parlamento un nuevo proyecto de ley para derogar la Ley Cerrojo y reabrir el canje de deuda por tercera vez para ese 7% que aún no ha ingresado, dijo. Hasta el momento, recordó, la Argentina reestructuró el 93% de los u$s 81.836 millones que entraron en default en 2001.
Según Econométrica, quedaron fuera del canje bonos por u$s 11.200 millones, que, de canjearse, se transformarían en u$s 4.200 millones, con una quita del 63%.
Pero, a diferencia de las dos operaciones anteriores, el Gobierno no espera un mínimo de aceptación, sino que lanzó la operatoria pensando en la Corte Suprema. El nuevo canje, así, estará abierto para cuando el máximo tribunal estadounidense defina si toma o no el caso.
La Presidenta criticó el fallo de la Cámara de Apelaciones, al que calificó de cortoplacista y de estar influenciado por el Financial Times. Más que deudores recalcitrantes, somos pagadores seriales, dijo Cristina, en respuesta a uno de los párrafos del fallo que peor cayeron en la Casa Rosada.
Fuente: ESTEBAN RAFELE, El Cronista
