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La paradoja de los Precios Máximos: liberarlos hará subir la inflación pero mantenerlos en el tiempo tampoco es viable

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El hecho de que la inflación se haya acelerado hasta alcanzar el 4% en diciembre pasado complica el levantamiento de Precios Máximos, el programa que lanzó el Gobierno en marzo de 2020 y que incluye más de 800 productos. En ese marco, consultoras privadas y economistas advirtieron que dar por finalizado el mismo tendrá un impacto directo sobre la suba de precios, mientras que sostenerlo resulta inviable para las empresas por el aumento de los costos de producción.

Cabe señalar que los productos incluidos incluidos en el plan mostraron aumentos que van desde 4% hasta 9% acumulados en dos rondas, la primera en julio y la segunda en octubre, según indicó la consultora Ecolatina.

Si bien el plan lanzado por el Gobierno busca acotar la inflación de los bienes de consumo masivo, especialmente alimentos de primera necesidad, y convertirse en una guía para el resto de los productos del rubro, las empresas podrían desabastecer las góndolas de estos alimentos ante la pérdida de dinero que les genera producirlos.

Liberar los precios de consumo masivo tendrá un impacto directo sobre una inflación en ascenso, pero no liberarlos no es sostenible. Las empresas de consumo masivo no pueden continuar en el plan si los aumentos autorizados no siguen el movimiento de la estructura de costos de la misma manera que las tarifas de los servicios públicos no pueden continuar congeladas. Incluso habiendo funcionado el plan contiene muy marginalmente la inflación de hoy a costa de incrementar la inflación futura”, analizó Ecolatina.

Si bien el programa logró su objetivo de contener la inflación en supermercados, en los comercios de cercanía, con menos posibilidad de ser controlados y menor trato directo con el gobierno, la inflación fue mucho mayor, según la consultora.

Según la última Encuesta de Gasto de los Hogares, el 10% de menores ingresos solo destinan el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno mientras que ese porcentaje aumenta a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.

“El plan tuvo todo el impacto que el Gobierno esperaba pero es probable que el congelamiento no se haya sentido en los hogares más vulnerables ya que estos no compran en supermercados. Por otro lado, a pesar del cumplimiento de las principales cadenas, la inflación en alimentos y bebidas se aceleró producto de aumentos en alimentos no controlados como carne, frutas y verduras que son al mismo tiempo los grupos que más peso tienen en la canasta de consumo de los hogares más vulnerables”, remarcó.

En ese marco, Camilo Tiscornia, economista y titular de la consultora C&T Asociados dijo a Infobae que si bien el programa Precios Máximos no es tan representativo del total de precios, y los productos incluidos abarcan un porcentaje bajo de lo que releva el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) todos los meses en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), “si los liberaran habría un pequeño salto inflacionario”.

“Las empresas rápidamente encuentran artilugios para evitar los Precios Máximos. Cambian por ejemplo los paquetes de 50 gramos a 46 y con eso escapan los controles. Lo que sucede es que si no se liberan los precios las empresas van a seguir buscando artilugios para evadirlos o van a desabastecer los productos”, consideró.

Y agregó que liberar los precios de los productos incluidos en el programa generaría un aumento de una sola vez, y no algo sostenido. “Una vez que se acomoden van a seguir la dinámica del resto de los alimentos y eso es lo preocupante. De todos modos creo que con precios controlados no se va a resolver el problema de la inflación”, afirmó.

A su turno, Federico Furiase, director de Eco Go, dijo a Infobae que los precios máximos vienen con un rezago respecto al ritmo de inflación y que los costos les fueron aumentando más rápido a las empresas.

Tiene sentido ir dando aumentos y eso se va a ir trasladando a la inflación. Ese efecto es parte de la inflación que se escondió de bajo de la alfombra el año pasado en un contexto de alta emisión monetaria”, aseguró.

En tanto, el director de la fundación Libertad & ProgresoAldo Abram, afirmó que liberar los precios máximos implicaría reconocer que hay inflación y que el Gobierno trata de esconderla. “Una empresa que está perdiendo plata por producir un bien, porque hay inflación, lo que hace es dejar de producir y eso genera escasez de ese bien”, advirtió el economista en diálogo con Infobae.

“Los controles de precios tienen siempre el mismo resultado. Cuando se reconozca lo que valen esos bienes lo vamos a pagar. Hoy el retraso acumulado es de un porcentaje y mientras más tiempo pasa el retraso será mayor y el costo político de liberarlos también”, aseveró.

Y concluyó: “Acá lo que hay que resolver son los problemas de fondo que son el déficit fiscal y la inflación. Los acuerdos de precios y salarios siempre terminaron mal”.

Fuente: Infobae


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