La crisis de confianza provocada por las últimas medidas cambiariasdio más impulso desde mitad de la semana pasada a la ola de retiros de depósitos bancarios privados en dólares y provocó que el pasado jueves los ahorristas retiraran de los bancos otros US$235 millones.
El ritmo que alcanzó en las últimas jornadas ese drenaje, facilitado porque se trata de depósitos que en el 70% de los casos están en cuentas a la vista (cajas de ahorro) -al mantenerse por encima de los US$ 200 millones por segunda jornada consecutiva- provocó que el stock total de estas colocaciones se retrotraiga hasta los US$16.629 millones, un nivel que no mostraba desde hace casi 4 años (desde el 1° de noviembre de 2016)
De este modo, ese stock se redujo a la mitad en poco más de un año, tomando en cuenta que había marcado un récord de US$ 32.492 millones en la última jornada hábil antes de las elecciones primarias de comienzos de agosto de 2019.
Para dar con extracciones de un volumen semejante hay que remontarse hasta el viernes previo a las elecciones presidenciales, jornada en la que hubo retiros por US$308 millones, pero en momentos en que el acceso a los bancos no estaba limitado.
De hecho, la aceleración que el ritmo de retiros mostró sobre el final de la semana pasada puede considerarse lógica teniendo en cuenta que quien tiene tomada la decisión de cancelar sus depósitos en dólares necesita tramitar previamente un turno para poder hacer el retiro por ventanilla.https://tpc.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html
La buena noticia es que el ritmo de retiros mermó hoy, según coincidieron en señalar en los bancos consultados por LA NACION, en una jornada en la que se normalizó la operatoria minorista tras un feriado cambiario de hecho que se extendió por casi 8 ruedas, pero que, a la vez, dejó a la vista que las últimas medidas restringen notablemente el universo de personas que se mantienen en condiciones de demandar dólares con fines de ahorro.
Hay que considerar que desde el martes 15 tienen “tarjeta roja” todos los beneficiarios de planes sociales, como las personas que no tengan ingresos declarados o que sean cotitulares de cuentas bancarias. Tampoco podrán acceder a la compra de divisas, ni cuando se reabra el cupo por el cambio de mes, quienes tengan planes de financiación en cuotas de créditos personales, prendarios e hipotecarios o hayan refinanciado algún saldo de la tarjeta de crédito a 12 meses.
Según las primeras proyecciones, tales restricciones reducirían la demanda potencial de 4 millones de compradores (el pico registrado en julio y agosto) a un millón. Claro que, además, ese millón no podrá en la mayoría de los casos llevarse el cupo total, ya que deberá descontar de allí sus consumos habituales en dólares, como los pagos a plataformas de internet como Netflix o Spotify o las compras con tarjeta de crédito y débito realizadas en divisas, aquí o en el exterior.
“Hubo muchos retiros, pero bajaron a la mitad respecto de los que veníamos registrando en el cierre de la semana pasada“, confiaron en un banco privado líder. “La inquietud del depositante está, pero el ritmo de salidas bajó hoy y tengo la sensación que seguirá así en la semana, por lo que se puede inferir de la demanda de turnos”, explicaron en otra entidad reclamando en ambos casos anonimato.
Los banqueros y analistas coinciden que este drenaje solo se detendrá si el Banco Central (BCRA) logra cortar la pérdida de sus reservas, algo para lo que ya no servirían más medidas restrictivas sino otras que alienten la oferta privada de dólares. “Hoy un agroexportador recibe por sus dólares $53, debe pagar por sus insumos $80 y $132 si quiere dolarizar sus ganancias para preservarlas”, explica el analista financiero Christian Buteler, haciendo las cuentas reales que consideran el impacto de las retenciones y de los impuestos que encarecen la adquisición de divisas para atesoramiento.
Lo concreto es que las últimas medidas, al oficializar la crisis de reservas, exacerbaron el temor de los depositantes. “La dinámica que tomaron estos depósitos es consistente con las medidas adoptadas. Lo mejor que pueden hacer el BCRA y los bancos es propiciar el retiro ordenado de esos depósitos para volver a mostrar que están muy bien respaldados. Medidas en otro sentido pueden crear más desconfianza e inestabilidad bancaria”, aconseja el economista Mauro Roca.
Por lo pronto, los números al respecto no dejan de dar señales preocupantes. El BCRA llevaba sacrificados US$1265 millones de sus reservas netas (las más escasas) en intervenciones sobre el mercado en el mes hasta el pasado miércoles, solo para mantener bajo control el ritmo de ajuste que quiere darle al tipo de cambio oficial mayorista o comercial, que hoy superó los $76 (cerró a 76,06 tras el ajuste de 21 centavos típico posterior a los fines de semana) y ya sube 27% en lo que va del año.
Desde que se impusieron las nuevas normas cambiarias, que reducen notablemente el cupo a las personas, además de encarecer 28% el acceso al billete, las cifras oficiales muestran que los ahorristas retiraron unos US$750 millones hasta el pasado jueves. Esa cifra representa una reducción del 4,3% en el stock total de depósitos privados en dólares del sistema en apenas siete jornadas hábiles.
“Definición gráfica de pegarse un tiro en el pie! Lo que se anticipó, no solo no lograron dejar de vender en el oficial (el problema es más de oferta que de demanda), sino que reactivaron fulero la salida depósitos en dólares de privados“, señaló el economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma.
Los sostenidos retiros impactan en la tenencia de reservas brutas del BCRA, que tampoco deja de caer ahora que están perdiendo, precisamente, el sostén que les daban los depósitos privados (vía encajes): cerraron hoy en US$41.872 millones, con otra baja de US$98 millones para la jornada y se mantienen en el menor nivel desde enero de 2017, aunque con algunos anabólicos más (se duplicó el swap chino) que en aquel entonces.
Fuente: La Nación