Al mejor modo de Silicon Valley, Córdoba cuenta hoy con 500 empresas vinculadas al sector de la Economía del Conocimiento radicadas en la provincia y que emplean nada menos que a 12.700 personas y todas con perfil exportador.
La realidad que experimenta hoy “La Docta” no es casualidad. Está basada en una política tributaria que se consolidó a lo largo de los últimos 20 años. La misma apuntó a ofrecer un sistema de exenciones impositivas, alivio de tasas municipales y hasta comodatos de inmuebles del Estado que estaban en desuso en la ciudad.
La idea fue convertir al distrito en un polo tecnológico.
“Córdoba tiene una preexistencia de apoyo gubernamental a la inversión y capital semilla; el conglomerado de clústeres (integración público-privada-universitaria) y un ecosistema emprendedor institucionalizado”, expresó Daniel Tricarico, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA).
En el mismo sentido, Juan Giner González, director ejecutivo de la Asociación de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), indicó que Córdoba posee gran cantidad de jóvenes universitarios, fondos pioneros y articulación público-privada como la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, que coinvierte con gestores de fondos”.
Según datos de la entidad, se trata de la segunda provincia en cantidad de fondos locales con el 8,2% del total país, sólo detrás de la Capital Federal y de Buenos Aires. Además, reúne un buen porcentaje del dinero invertido en emprendimientos. Y va por más.
Así, ofrece mayores incentivos para la creación de empresas, ya que utiliza una plataforma propia distinta a la de Trámites a Distancia (TAD) que depende del Gobierno y, además, está fuera de la jurisdicción de la Inspección General de Justicia (IGJ).
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