La inflación mostró una leve desaceleración en mayo último, pese a mantenerse aún en niveles muy elevados. El Indec informó hoy que la suba de precios del mes pasado fue de 5,1% y que en solo cinco meses ya acumula una variación de 29,3%. El organismo estadístico aseguró que el índice de precios al consumidor (IPC) refleja un avance de 60,7% en los últimos 12 meses. El mayo de 2022 fue el que tuvo la inflación más elevada desde el año 1990.
El aumento de la inflación núcleo -que elimina precios estacionales y regulados- fue de 5,2%. Los Alimentos y bebidas, el capítulo que más pesa en el IPC y que más afecta a los segmentos carenciados, tuvo un incremento de 4,4%. La mayor suba se dio en Salud, que mostró un avance de 6,2%. Detrás vinieron Transporte (6,1%), Prendas de vestir y calzado (5,8%) y Hoteles y restaurantes (5,7%).
Los números oficiales de inflación venían de variaciones mensuales alarmantes en marzo (6,7%) y abril (6%). Ambos meses dejaron récords preocupantes. En el tercer mes del año, se había registrado la suba mensual más alta en los últimos 20 años. En sintonía, la inflación interanual de abril (de 58%) había sido la más elevada desde enero de 1992.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de mayo estimó una inflación para el mes de 5,2%, pese a que los analistas privados oscilaban entre un 4,8% y un 5,5%. De hecho, este último resultado es el que mostró el índice de precios de la Ciudad de Buenos Aires conocido la semana pasada. Para el año, los mejores pronosticadores del REM prevén una inflación de 75,1% (casi diez puntos más alta que la que preveían en el informe que el Banco Central había publicado en abril).
Apenas conocido el dato, el Ministerio de Economía destacó la desaceleración desde el techo de marzo. “El Índice de Precios al Consumidor de mayo redujo su tasa de aumento de 6% en abril hasta 5,1% mensual, la segunda reducción consecutiva, tras alcanzar el pico de aumento en marzo (6,7%)”, indicaron en el Palacio de Hacienda.
“La inflación núcleo se redujo de 6,7% hasta 5,2% mensual. La desaceleración de la inflación núcleo respondió a menores tasas de aumento en rubros de alimentos, restaurantes, adquisición de vehículos, entre otros”, agregaron.
Economía afirmó que las mayores subas en alimentos volvieron a darse en Aceites (11% y 6%, según la región), y en Carnes y derivados (entre 5% y 6,5%), así como también en Bebidas no alcohólicas (aumentos de hasta casi 8% en algunas partes del país). Por otro lado, “las frutas siguen con aumentos moderados, mientras que las verduras continúan con bajas en la mayoría de las regiones”, señalaron en la cartera que conduce Guzmán, donde además destacaron la desaceleración de ese capítulo.
La mirada oficial
“Trazamos un programa del Gobierno para la recuperación económica y para atacar el problema de la inflación”, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, la semana pasada en declaraciones a Radio Nacional. Ese plan es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que establece un sendero de reducción del déficit fiscal, una baja de la emisión monetaria y la acumulación de reservas. Por otra parte, Guzmán sumó en las últimas semanas la botonera que le faltaba para su “guerra contra la inflación”, cuando puso bajo su mando a la Secretaría de Comercio Interior.
El Gobierno afirma que la aceleración de la inflación en el primer trimestre del año es producto de la suba de precios de la energía y de los alimentos como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania. Varios analistas, en cambio, opinan que el llamado “Plan Platita” para las elecciones legislativas de fines de 2021 sumado a la emisión en tiempos de pandemia, son las causas fundamentales del actual fogonazo y de las expectativas desancladas en el sector privado. El acuerdo con el FMI, estiman en Economía, intenta volver a anclar esas perspectivas desordenadas también por la interna que desestabiliza el Frente de Todos y que tiene como arietes a Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
“La Argentina necesita de un sendero de exportaciones que crezcan. Para que se pueda sostener el crecimiento económico hacen falta dólares y para poder bajar la inflación también hacen falta dólares”, dijo también Guzmán. Sin embargo, con precios récord de la soja, al BCRA se le complica acumular reservas internacionales, lo que alimenta expectativas de devaluación. A eso se suma, la dificultad que suma el Tesoro para financiarse en dólares y pesos.
Antes del 24 de junio, el Ministerio de Economía publicará un nuevo presupuesto 2022 por decreto, al que sumará una nueva estimación de la inflación. Será superior, ratificaron ambos actores, a la franja de entre 38% y 48% que habían fijado el Gobierno y el FMI en el acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, según las sigas en inglés) cerrado este año.
“Sigue siendo un registro elevado y vemos que, a pesar de que se nota una desinflación en los últimos meses, no se puede descartar una aceleración para junio”, dijo Guido Lorenzo, director de LCG. “Creemos que en ese mes, producto de tarifas y un tipo de cambio más alto, se cortará con esta tendencia. Seguimos previendo una inflación superior al 80% para 2022″.
“Al cierre del año pasado se enojaban si decías que iba para 60%, ya está ahí y para que no se vaya muy arriba de 70% tiene que converger rápido a 4% mensual. Es algo que está constando, porque tenés efectos de segunda ronda por todos lados, paritarias alineadas con mínimo 4% o 5% mensual y aumentos fuertes en combustibles”, indicó Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma.
“De cara a lo que viene seguimos sin anclas y con emisión sostenida”, agregó el especialista y cerró: “No hay ninguna razón, más allá de haber pasado el pico del shock externo, que permita esperar que perforemos el piso de 4% rápido. De hecho, da toda la sensación que la velocidad crucero se estabilizó por ahí”.
“Que la tasa de inflación interanual haya superado el 60% anual por primera vez desde la convertibilidad, aún con tipo de cambio y tarifas corriendo bien por debajo del resto de los precios, es preocupante, en un contexto de escaso poder de fuego de las medidas de control frente a la falta de un ancla robusta que estabilice las expectativas y una preocupante distorsión de precios relativos”, dijo el economista de Ecolatina Santiago Manoukian, que rescató que la buena noticia es que el capítulo de Alimentos y bebidas estuvo por debajo del nivel general.
“Sería deseable que la política económica internalice que evitar un nuevo escalón nominal constituye la prioridad absoluta para lo que resta de 2022; en caso contrario, un shock cambiario ganaría cada vez mayor probabilidad, y la dinámica inflacionaria podría entonces adquirir definitivamente comportamientos que serán muy difíciles de desactivar”, afirmó el especialista, que indicó además que es probable que este mes también muestre una variación cercana al 5%.
Por Francisco Jueguen
Fuente: La Nación