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La economía argentina estudidada por profesionales de Harvard

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El inexplicable deterioro de la economía argentina es motivo de estudio para analistas internacionales que buscan los fundamentos del retroceso de un país que alguna vez fue el más rico de la región.

Edward L. Glaeser, investigador de la Universidad de Harvard, señala en uno de sus últimos trabajos que, hace un siglo, sólo siete países en el mundo eran más prósperos que la Argentina (Bélgica, Suiza, Gran Bretaña y cuatro ex colonias inglesas, entre las cuales se incluye a los Estados Unidos).

Además, en 1909, el ingreso per cápita de la Argentina era un 50% más alto que el de Italia, un 180% superior al de Japón y casi cinco veces mayor que el del Brasil.

El trabajo sostiene que casi un siglo más tarde la posición relativa de la Argentina en los ingresos mundiales bajó en forma drástica y en el 2000 los ingresos del país eran menos de la mitad que los de Italia o Japón.

Mientras, la brecha entre los ingresos del año 2000 y el éxito económico pronosticado a partir de los ingresos de 1909, es mayor para la Argentina que para cualquier otro país del mundo.

Glaeser destaca que en su apogeo previo a la Primera Guerra Mundial, la Argentina prosperó como gigante del comercio, exportando carne vacuna y cereales al extranjero. En este sentido, remarca que después de la Segunda Guerra Mundial, países que antes fueron pobres, incluyendo a Japón, Corea e Italia, siguieron un modelo impulsado por exportaciones para obtener riqueza mientras la Argentina revertía su economía hacia adentro.

"El peronismo -señala Glaeser- no sólo fue proteccionista, sino que también impulsó a grandes empresas estatales y una importante regulación de la economía. Y ninguna de las dos estrategias ha sido especialmente favorable para el crecimiento".

Además, advierte que "el sistema bancario innato de la Argentina ha tenido históricamente problemas a la hora de soportar fuertes impactos" y que después de "décadas de inestabilidad política, los derechos de propiedad son inseguros y la inversión resulta poco atractiva".

Además, compara las situaciones de Chicago y Buenos Aires, dos grandes ciudades que si bien tenían grandes parecidos, también se diferenciaron en la formación de sus recursos humanos: "Los mayores niveles de innovación tecnológica en Chicago probablemente reflejaron los niveles más altos de educación en Estados Unidos. A lo largo del siglo XIX, Chicago estaba casi completamente alfabetizada, porque quienes llegaron desde las áreas rurales hacia la ciudad habían recibido una buena educación en las escuelas comunes que se encontraban en el interior rural de los Estados Unidos", señala el estudio.

En contraste, Glaeser detalla que más de la quinta parte de la población de Buenos Aires era analfabeta hasta 1900, lo cual refleja los niveles mucho más bajos de educación en la Argentina rural, pese a lo declamado por sucesivos gobiernos acerca del nivel educativo argentino. Las escuelas rurales, en efecto, fueron las Cenicientas de los programas educativos de casi todas las administraciones.

"La Argentina pudo haber sido rica, pero -salvo en sus grandes ciudades- no estaba tan bien educada y eso redundaría en el futuro. En el año 2000, por tanto, a la Argentina le estaba yendo tan bien como se podría esperar en función de su nivel de educación en 1900", sostiene el trabajo.


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