Mientras consultoras y economistas aseguran que el control de precios ya no está bajo la órbita del gobierno y la inflación no tiene techo; el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC), advirtió que la inflación de marzo fue del 7.7%, acumulando más de un 20% en el primer trimestre del 2023. En ese contexto muchos se preguntan cuál es la situación de Salta.
Dossier Web tuvo acceso a los resultados del estudio que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), quien realiza mensualmente un relevamiento de precios para cubrir la canasta básica de alimentos y los resultados fueron preocupantes.
Una familia tipo durante marzo necesitó 182.116 pesos para no ser pobres, mientras que durante el mismo mes pero del año pasado el ingreso para cubrir esos gastos debía ser de 90.116 pesos, lo que marca una variación interanual que supera el 100% y que analizando los resultados con el mes pasado marca una variación del 2.26%.
Cabe recordar que la Canasta Básica Total de Alimentos incluye además de los alimentos lo relacionado a los bienes y servicios no alimentarios tales como vestimenta, transporte, educación, salud, vivienda, entre otros.
Por otro lado, explicaron que el valor de la Canasta Básica de Alimentos arrojó que una familia tipo necesitó durante marzo 80.668 pesos para no caer en la indigencia, ya que esto cubre únicamente las necesidades alimenticias del grupo familiar.
Realizando un análisis comparativo con lo que se necesitaba en marzo del 2022 la variación interanual es también superior al 100%, ya que eran necesarios 40.230 pesos.
Los datos son una muestra clara de que la inflación parece no tener un tope y los alimentos junto a los servicios básicos para garantizar la vida de los salteños son cada vez más costosos y las variaciones mes a mes son mínimamente del 2%.
A esto se suma una preocupante volatilidad del dólar que en lo que va de la semana alcanzó índices históricos haciendo saltar a los mercados y sectores productivos que aseguran son señales sumamente negativas y con un impacto directo en los precios.
Sin ir más lejos ayer el dólar libre cerró a 422 pesos y eso tuvo un impacto en acciones argentinas y bonos que naturalmente registraron una caída.
El sector privado advirtió que su productividad está siendo afectada al igual que otros sectores como el comercio, que lamenta no poder mantener sus stocks debido a la baja en las ventas y los elevados costos para reponer mercadería.
Finalmente las familias sufren los coletazos de la baja de salarios y les cuesta cada día más llegar a fin de mes.
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