El Gobierno, en una pelea contrarreloj para llegar mejor a las elecciones, prometió una inflación en baja desde abril. El propio Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, aseguró que desde el cuarto mes estaría por debajo del 2%. Sin embargo, el mercado espera un aumento de precios entre el 3,5% y el 4% para el cuarto mes del año, otra vez con los alimentos como protagonistas. Especialistas sostienen que la pauta oficial de inflación no es creíble y se agotará antes de agosto.
El argumento de una inflación inferior al 2% desde abril y en torno al 1% desde julio se utilizó en las reuniones en el marco de las negociaciones paritarias entre el Gobierno y empresarios, con el objetivo de que los aumentos de salarios se ajusten a la meta oficial de inflación del 29% que figura en el Presupuesto. En esta línea el dirigente de la CGT, Héctor Daer, había señalado en declaraciones radiales: “La perspectiva es que la inflación de febrero y marzo vengan altas, pero la inflación en julio será del 1%”.
La inflación cerca del 4% en abril estaría explicada una vez más principalmente por el aumento de los alimentos que rondará en 3,8% según el informe de avance de precios de la consultora LCG. Dentro de este rubro las carnes fueron lo que más subieron, pese a que en marzo los precios en las carnicerías avanzaron por encima del 7%, de acuerdo al IPCVA.
“Si el Gobierno logra quebrar el piso del 4%, es gracias al atraso tarifario y el menor ritmo de depreciación del peso. A eso se podría sumar el efecto de la menor actividad por las restricciones de movilidad de la segunda ola”, señaló Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.
Y agregó: “La meta del Gobierno no es seria, nadie la tiene en cuenta. Esto es controlar la inflación a palazos y diferirla para un futuro. El piso de inflación para este año es de 40% y sólo si se logra una inflación del 2% de forma constante en el segundo semestre”.
Con la suba de 4,8% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo , la inflación acumulada en el primer trimestre es de 13%. De cumplirse la proyección de las consultoras privadas para abril, el primer cuatrimestre cerraría con un incremento superior al 16%, un avance apenas inferior al 18% que se dio en los primeros cuatro meses de 2019, año que finalizó con la mayor inflación de los últimos 30 años casi del 54%.
Este mes, además del aumento de los alimentos, influirán las subas que autorizó el Gobierno a prepagas del 4,5% y el segundo tramo del aumento de la nafta. Además, hubo aumento de alquileres y transporte.
“Vemos que la inflación de abril viene en valores muy elevados, aunque estará por debajo de la de marzo. Más allá del atraso del tipo de cambio, el ancla tarifaria y con paritarias por detrás de la inflación, la brecha cambiaria y las tensiones en el mercado se están filtrando a los precios“, aclaró Martín Vauthier, director del estudio Eco Go, y alertó que uno de los mayores riesgos es que continúe el aumento del dólar paralelo que amplíe la brecha con el dólar oficial.
Por esta razón, las consultoras privadas sostienen que la emisión monetaria de dos billones de pesos del año pasado -la mayor posterior a la Convertibilidad- para financiar los gastos de la pandemia, es una de las razones de los fuertes aumentos de precios actuales.
“Hoy el factor que está explicando esta inflación son los desequilibrios en el mercado monetario: en 2020 hubo un aumento histórico de la emisión y la demanda de dinero es muy débil. Esos pesos se traducen en presiones cambiarias, dado que van a comprar dólar o en el aumento de precios de bienes como insumos para la construcción”, concluyó Vauthier.
Por: LARA LÓPEZ CALVO
Fuente: El Cronista