De todos modos, en consonancia con lo también señalado por el titular del ingenio La Florida, del Grupo Los Balcanes, desde esa firma se sostuvo que “lo que necesitamos con urgencia y mientras se trata el proyecto de ley, es que la Secretaría de Energía fije el precio mensual usando la fórmula del tope que está en el proyecto de ley para el bioetanol de ambos orígenes (caña y maíz)”. “El precio actual ($657 por litro para caña) está muy por debajo del precio antes mencionado (daría $732 por litro). Este atraso ha ocasionado una grave crisis al sector sucroalcoholero argentino, principal economía regional del NOA con 50.000 empleos directos y 200.000 indirectos”, se detalló.
Consultado Rocchia Ferro sobre si hicieron gestiones ante el Gobierno, precisó que “ya hablamos con Eduardo Rodríguez Chirillo, secretario de Energía de la Nación, y otros funcionarios del área porque el Gobierno tampoco aplica la ley vigente, está pisando los precios y desconocemos las razones”. Para el industrial, el litro de bioetanol debería rondar los $900 pero se encuentra en $657. Indicó que el sector solicitó una audiencia con el presidente Milei para los próximos días para ponerlo al tanto del escenario del sector pero todavía no han tenido respuesta.
En contra
Ámbito dialogó con Federico Martelli, titular de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB), sobre el proyecto de la “Liga Bioenergética” y su respuesta fue taxativa, “tenemos una oposición absoluta”. Consultado sobre las razones de esta postura, señaló que la iniciativa “favorece a las grandes compañías que exportan, perjudicando a las pymes que invirtieron específicamente en el mercado nacional”. Además, criticó que no se han generado nuevas inversiones y que existe una capacidad ociosa del 75% en la producción de biodiesel en Argentina, lo que limita las oportunidades para el desarrollo del sector.
Explicó Martelli, que representa a productores de biocombustibles de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis, que el proyecto de la “Liga Bioenergética” no promueve la desregulación como se argumenta, sino que incrementa las restricciones con regulaciones aún más complejas, carece de consenso y “fomenta la competencia desleal, perjudicando a las pymes del sector”. Para este industrial, de aprobarse el proyecto, llevaría a la quiebra a numerosas pequeñas y medianas empresas, mientras que la producción se concentraría mayoritariamente en Santa Fe, que podría aumentar su participación en la producción de biodiesel del 30% al 80%.
Otro productor que tiene su planta de biodiesel en Buenos Aires, consultado por este medio, coincidió con las aseveraciones de Martelli y graficó que si se aprueba el proyecto de ley, tal como está, pondría a las pymes a competir en desiguales condiciones con los más grandes del sector. “Sería como una carrera entre un Fiat 600 y una Ferrari”, comparó. “Nuestras empresas son el resultado de promociones industriales, es decir, con beneficios para la radicación de las fábricas y -si se aprueba el proyecto- nos nutriríamos de producción (soja) que compraríamos a nuestras competencias, en donde inciden dos factores claves que son el costo de la materia prima y el flete”, explicó.
Pedido de Llaryora
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, participó este martes del anuncio de inversión de las empresas Promaíz, Aceitera General Deheza (AGD) y Golden Peanut, en Alejandro Roca, departamento Juárez Celman. Las firmas construirán una nueva destilería y secadora, con una inversión de USS 110 millones, entre 2025 y 2027.
El jefe provincial aprovechó para reclamar al Congreso de la Nación la sanción del proyecto de la ley de biocombustibles. “Tenemos que tomar una causa en común todos los cordobeses, y de la misma manera que pedimos abiertamente la baja de las retenciones, tenemos que pedir abiertamente una ley de biocombustible al nivel que tienen nuestros países hermanos. No podemos seguir teniendo un corte del 12%, necesitamos un corte de no menos del 25%”, sostuvo. Paraguay tiene un corte del 25% y Brasil lo elevará al 30%.
Una fuente indicó a Ámbito que la presión de Llaryora obedece a que el proyecto cuenta con un apoyo parlamentario muy ajustado, en donde gravitan los votos de los diputados de Buenos Aires, Entre Ríos y La Pampa. “Tenemos los votos para que no avance”, se señaló.