La aceleración de la inflación en las últimas semanas ya golpea el statu quo fijado en la primera etapa de la ronda de paritarias del sector privado.
La perspectiva de una pauta de aumentos salariales equivalente al 29% más 4 o 5 puntos de recuperación, convenida por los principales gremios con el ministro de Economía, Martin Guzmán, comenzó a resquebrajarse apenas el Indec informó que la inflación de marzo se ubicó en el 4,8% y disparó dos fenómenos paralelos: la revisión al alza de las demandas de subas en paritarias y la amenaza de activar antes de tiempo las cláusulas de revisión de los convenios.
El propio presidente Alberto Fernández tomó nota de la creciente inquietud sindical por la suba de precios durante el almuerzo que compartió con la cúpula de la CGT el jueves en Olivos. Allí los gremialistas denunciaron abiertamente el “incumplimiento” empresario con los términos del pacto de precios y salarios, y reclamaron una acción más firme del Estado para controlar los aumentos en las góndolas.
“No puede ser que cualquier recuperación del salario solo sirve para engrosar las ganancias empresarias“, reprochó un importante sindicalista en el diálogo con el mandatario.
La advertencia de fondo quedó flotando en el aire. Pero a medida que se retiraban de Olivos los caciques cegetistas tradujeron el sentido de la línea que seguirán si los aumentos salariales fijados en sus respectivas actividades terminan erosionados por la suba de precios.
“Estamos cubiertos por las cláusulas de revisión” de los acuerdos, se sinceró un referente de la conducción de la central y no dudó en plantear la alternativa de activar antes de la fecha prevista la renegociación de los convenios si persiste una inflación mensual promedio de 4%.
Bajo esa órbita figuran las paritarias cerradas en los primeros meses del año, como el caso de bancarios, Luz y Fuerza, Utedyc, encargados de edificio, frigoríficos y hasta Comercio, que sellaron incrementos salariales de entre el 29% y 32%. Esos acuerdos fijaron, además, cláusulas de revisión entre agosto y diciembre. Los casos de la negociación en la industria metalúrgica (UOM), la construcción y el sector pesquero, que establecieron aumentos promedio de entre el 33% y el 35%, también prevén revisiones en el mismo período.
Es por eso que los gremios embarcados en esa estrategia podrían activar la revisión de los convenios en forma prematura si el Gobierno no logra contener la suba de precios.
En otras actividades, en tanto, la apuesta sindical se concentra desde el vamos en acordar mejoras salariales por encima del 36%, manteniendo también los esquemas de revisión, para garantizar cierta cobertura apenas se instrumentan los aumentos.
Son los casos de dos de las paritarias cerradas en la última semana: por un lado el acuerdo de la industria avícola, que firmó un aumento en tres tramos de 36% por el término de un año y, por otro, la negociación en el sector ferroviario, donde los cuatro sindicatos ferroviarios y las empresas de transporte de pasajeros y cargas bajo la órbita del Estado acordaron una mejora salarial del 37,5%.
Ese último antecedente puede ser decisivo para varias de las paritarias de actividades clave que se sentarán a negociar el nivel de recomposición para este año.
El lote está compuesto por la industria de la alimentación, cuyas fábricas discuten con el Gobierno una nueva canasta de productos a precios congelados; el sector de la sanidad, estratégico en el marco de la pandemia; y el sindicato de Camioneros, que lidera Hugo Moyano, quien ya mandó a decir a la Casa Rosada que rechazará cualquier pauta de aumento que ponga en riesgo la recuperación salarial de sus afiliados.