Las empresas exportadoras de granos y otros integrantes de la cadena, que forman parte de la Mesa de Trigo, quieren desactivar cuanto antes la posibilidad de que el Gobierno vuelva a imponer algún tipo de restricciones a la exportación de granos, tal como ocurrió semanas atrás con el trigo.
Ayer mantuvieron un encuentro para mostrar que existe capacidad suficiente como para abastecer el mercado interno, el argumento central mediante el cual el oficialismo había dictado la suspensión de los envíos al exterior.
Sin embargo, el punto clave del conflicto -más allá de aquel argumento- pasa por el precio del producto.
El plan ideal del Gobierno -y lo que les exige a los productores- es que bajen los precios a los que hoy venden los granos, de modo de que también caigan los valores en las góndolas.
Para lograr ese objetivo, el Gobierno entiende que los productores deberían bajar sus precios un 30%, una cifra totalmente alejada de las posibilidades que dicen tener los hombres de campo.
“Es absolutamente imposible porque quedaríamos absolutamente por debajo de los índices inflacionarios. Para muchos aplicar esto sería directamente ir a la quiebra”, afirmó uno de los participantes del encuentro en diálogo con El Cronista.
Pero más allá de ese cálculo, en el sector explican que de ningún modo ese 30% que se pide es directamente proporcional a lo que se vería luego en los comercios. Por ejemplo, sostienen que en la composición del valor final del pan, por ejemplo, la incidencia del trigo es de apenas 13%, al igual que en la cadena avícola.
“Nosotros no somos formadores de precios, por lo que no tiene demasiado sentido tratar de nosotros hagamos el esfuerzo de bajar nuestras pretensiones”, afirmó otro de los dirigentes.
En este sentido, las fuentes consultadas dijeron que los insumos que utilizan para llevar adelante su producción “están tonificados y así como tuvieron impacto en la cosecha gruesa también lo tendrán en la fina”.
En caso de que se llevara adelante esa baja de 30% que reclama hoy el Gobierno, apuntan los hombres del campo, el resultado sería que para la próxima cosecha muchos de los productores dejen de lado el maíz y el trigo, y se vuelquen a la soja, un grano rentable para el Gobierno ya que, en concepto de retenciones, se queda con el 33% de lo exportado.
Hasta el momento, el sector no elevó ninguna propuesta para contrarrestar la iniciativa oficial. Y tampoco pareciera que la fuera a hacer, ya que entiende que sus cuentas ya tienen “desacoples” no solo con el 12% que deben dejar como retenciones al exportar, sino también porque los dólares que reciben de parte de sus compradores les llegan en pesos, y al cambio oficial.
Sí se le podría reiterar al Gobierno una propuesta de Federación Agraria Argentina (FAA), mediante la cual, a quienes compren productos de la canasta básica con la tarjeta Alimentar, se les cobre a precios sin IVA
Para la próxima semana está previsto un nuevo encuentro de los productores, con la idea de que se pueda llegar a algún acuerdo, para después sí sentarse a discutir nuevamente con el Gobierno.
Mientras tanto, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, señaló en declaraciones radiales que “en el caso de trigo estamos viendo que no nos lleguen a tener que forzar cierres de mercado para que quede trigo acá”.
Fuente: El cronista