Iveco deja de auspiciar el fútbol de Primera, y la AFA busca nuevo sponsor La fabricante de camiones del grupo Fiat no renovará el contrato que lo vincula con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Julio Grondona ya negocia con una multinacional.
El contrato con la automotriz Iveco le reportó a la AFA u$s 2 millones y tenía vencimiento desde el día que se fijó: vence con la vuelta olímpica en la fecha 19, el próximo 12 de diciembre. “El contrato tenía fin desde el primer día”, afirmaron desde la compañía que dirige Cristiano Rattazzi, el mismo empresario se enfrentó en los últimos días con el titular de Fútbol para Todos, el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por un tema que no tiene que ver con el fútbol, pero si con los negocios: la “inseguridad jurídica”.
En este contexto, los hombres de la AFA encargados de conseguir un nuevo nombre para la copa Apertura/Clausura 2011 ya comenzaron a entablar negociaciones con varias “multinacionales” ya que la orden sería que el nombre debería estar resuelto “en un mes”.
Desde sectores relacionados al mundo del marketing del deporte se especulaba que la compañía trasnacional no sería otra que Movistar, la operadora de telefonía celular de Telefónica.
Las elucubraciones se sustentaron en que, hasta la fecha 7 del torneo Clausura –momento en el cual el Ejecutivo prohibió la publicidad privada–, había invertido $ 7 millones en pauta publicitaria, quedando detrás de Presidencia de la Nación en inversión, por lo que tendría los fondos. Además, la telco española está teniendo una buena sintonía con el Ejecutivo nacional, lo que no pondría piedras en la negociación.
Por otro lado la AFA no tendría problemas de caja. Los $ 600 millones (u$s 151 millones) anuales que recibe a través de Fútbol para Todos, más los u$s 14 millones recaudados por haber participado en el Mundial de Sudáfrica 2010 y lo que recibirá por los amistosos contra España, Japón y Brasil le brindan aire suficiente a la entidad que preside Julio Grondona para comenzar las tratativas de los negocios de 2011 con tranquilidad.
Fuente: cronista.com