Clara Farfán es la presidenta de la Fundación Revivir, dedicada a asistir a jóvenes con adicciones desde hace 18 años, en diálogo con Dossier Web no sólo contó lo que la motivó a realizar este trabajo, sino que destacó la importancia de contar con el apoyo de empresas a través de acciones de responsabilidad social.
“En el 2009 obtuvimos nuestra personería jurídica, pero veníamos trabajando desde hacía seis años con los jóvenes. Este proyecto nació a partir de una dura vivencia personal”, adelanta Clara quien comenzó contando que cuando era muy joven perdió a su papá y ella junto a sus seis hermanos quedaron solos con su mamá.
“No tuvimos más opción que salir a trabajar aun siendo niños y mi hermano consiguió trabajo en un boliche de barman, eso fue lo peor que nos pasó en la vida, ahí conoció las adicciones y tuvimos que iniciar un largo proceso”.
Pero más allá del desafío personal Clara siempre se sintió motivada por el trabajo social, “cuando terminé el colegio hice el profesorado en educación especial y siempre me dediqué a eso. Puse la fundación porque durante mis tareas de ayuda social profundicé en el trabajo contra las adicciones a drogas y alcohol”.
Recuerda que en aquel momento sólo estaba Betania como la posibilidad de ayudar a su hermano pero reconoce que esa experiencia personal la ayudó a entender el peregrinar de las familias que no saben hacia dónde ir para pedir ayuda.
Hoy trabajan en Pellegrini 56 y atienden a varones y mujeres, “hace 10 años estamos en ese lugar, los tenemos en comodato. Logramos nacer gracias al Arzobispado, porque fue monseñor quien me atendió, escuchó mi dolor, lo esperé en una misa y le conté lo que me pasaba con mi hermano, me escuchó y se comprometió, así nació Fundación Revivir”.
Recuerda que años atrás tenían un servicio de internación pero debieron suspenderlo porque no tienen los recursos para seguir, sin embargo está dentro de sus objetivos poder volver a brindarlo.
Consultada sobre cómo se realiza el abordaje explicó que lo más importante es que el paciente se de cuenta de que necesita del tratamiento, “reconocer que necesitan ayuda, que las cosas no están bien. El acompañamiento es fundamental, por toda nuestra experiencia sabemos que solos no se puede. La voluntad del paciente es muy importante porque uno puede poner todo a su alcance, pero si no está decidido será en vano”.
Cuando llegan hasta la fundación se realiza una evaluación global para ver cuál es el mejor tratamiento para ayudarlos y esto consiste en saber desde cuando consume, qué consume, si trabaja o estudia, como es su situación familiar y si le van a dar el apoyo.
“Siempre remarco que el afecto y el cuidado curan, la ayuda de la familia es fundamental”. Así lamentó que la mayoría inicia con el paco, alcohol, pastillas, muchos manifiestan adicción a la marihuana, también al juego. “Mayormente se inician a los 10 u 11 años, hablamos de niños”.
En la pandemia tuvieron que adaptarse porque trabajar de forma virtual con un paciente es muy difícil. Actualmente atienden a 30 chicos en hospital de día y asisten a pacientes ambulatorios.
Finalmente destacó cuán importante es contar con el apoyo de las empresas para poder continuar con su labor. “Esto es fundamental para nosotros, necesitamos ese apoyo, siempre la buscamos en todos los lugares posibles. Desde mercadería hasta ayuda para pagar un suelo hace la diferencia”.