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Existe preocupación por lo que pasará en el contexto pospandemia con los jóvenes que no estudian ni trabajan

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La pandemia de coronavirus hizo estragos entre los jóvenes de la Argentina: aquellos chicos de 18 a 24 años excluidos del sistema educativo representan a más de la mitad del país; un cuarto de ellos no estudia ni trabaja, por lo que son doblemente excluidos, y el porcentaje de jóvenes de hogares pobres que no cuenta con formación académica ni un empleo llega hoy al 38%.

Si bien la pandemia produjo una leve mejora en la escolarización de los jóvenes, a finales de 2021, el informe sostiene que sólo el 48,3% de ellos estudiaba o ya había terminado estudios terciarios o universitarios. Por lo que los excluidos del sistema educativo representan más de cinco de cada 10 jóvenes a nivel nacional.

“Después de la pandemia la situación de escolaridad empeora y comienza a aumentar la cantidad de jóvenes que dejan sus estudios para ponerse a trabajar. Y como saldo respecto al 2019 es casi dos puntos por arriba los que no trabajan ni estudian. Esto es lo que deja la crisis del Covid y que se agrava en los estratos más bajos o sectores marginales”, señaló el titular del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia a El Cronista.

A la vez, Salvia mencionó que la pospandemia impacta fuertemente entre las mujeres que no estudian ni trabajan. Aunque en este caso, se destaca que en el contexto pospandemia mantuvieron su situación de escolarización.

Todo ello marca también, al entender del titular del Observatorio de la Deuda Social, una “fuerte desigualdad de clases en relación a los jóvenes que no estudian ni trabajan”. La situación más grave es la de aquellos sectores que no buscan trabajo y la época pos-Covid es un componente “extremo” concentrado en los sectores populares o trabajadores informales.

Para Salvia, el balance de todo esto produjo “ilusiones de mejora” en materia educativa pero también generó un efecto muy vulnerable de exclusión social o laboral en aquellos que no trabajaron ni estudiaron.

En el caso de las mujeres la situación pareció empeorar en la pospandemia. El porcentaje de mujeres que no estudian, ni trabajan de manera remunerada, ni buscan empleo duplican de manera estructural a sus pares varones (20% versus 10%, respectivamente, en 2021).

Esta situación se reprodujo de manera agravada cuando se incluyen a los desocupados en el déficit: 3 de cada 10 jóvenes mujeres (22,9%), versus 2 de cada 10 jóvenes varones (30%) no estudian ni trabajan de manera remunerada.

Sin embargo, es entre las mujeres donde tiene lugar la mayor escolarización o terminalidad educativa. En 2021, superando a los varones (42,1%), el 54,6% de ellas terminó estudios terciarios o continuaba estudiando secundario o terciario.

Si bien los jóvenes que viven en hogares no pobres tienen una mayor propensión estructural a estudiar o finalizar sus estudios que sus pares de hogares pobres, estos últimos vienen aumento su inserción educativa.

Entre estos, al menos 4 de cada 10 logra continuar estudiando, contra casi 6 de cada 10 en los hogares no pobres. Y el porcentaje de jóvenes de hogares pobres que no estudia, ni trabaja más que duplica al de sus pares de hogares no pobres durante todo el período. En 2021, esta situación representaba el 17% de los jóvenes de hogares no pobres, contra el 38% entre los hogares pobres.

De esta manera, el informe de la UCA reveló que el porcentaje de jóvenes que no estudian y no trabajan es significativamente mayor en los estratos de obreros integrados y trabajadores marginales con respecto a los estratos medio profesionales y medio no profesionales.

A la vez, alrededor de dos de cada 10 jóvenes, pertenecientes al estrato de trabajador integrado o de trabajadores marginales, no estudian ni trabajan ni buscan empleo en 2021. “Esta múltiple exclusión sólo mejoró en la postpandemia en los hogares de trabajadores marginales por aumento en la búsqueda de empleo, mientras que la situación tendió a volver a los déficit pre pandemia para los jóvenes de hogares obreros integrados”, destacó el trabajo que dirigió Agustín Salvia, titular del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

Por ultimo, a pesar de haber disminuido su proporción en la post pandemia por la búsqueda de trabajo, alrededor de 2 cada 10 jóvenes de hogares de estrato trabajador marginal no estudian ni trabajan ni buscan empleo en el 2021

El estudio se realizó sobre una muestra puntual de 5.760 hogares por año. Y se hizo en los aglomerados urbanos agrupados en 3 grandes conglomerados según tamaño de los mismos: 1) AMBA: Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense (Conurbano Zona Norte, Conurbano Zona Oeste y Conurbano Zona Sur)1 ; 2) Otras Áreas Metropolitanas: Gran Rosario, Gran Córdoba, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, y Gran Mendoza; y 3) Resto urbano: Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran San Juan, Neuquén-Plottier-Cipolletti, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Río Grande.

Por Martín Dinatale
Fuente: El Cronista


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