Los escribanos comenzaron desde el primero de este mes a informar al fisco las operaciones de compraventa de inmuebles que superen los $300 mil, y de esa manera, se sumarán a la cadena de control que conforman los propietarios e inmobiliarias quienes ya estaban obligadas desde marzo.
Así, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), contará con todos los datos necesarios para que mediante cruces de datos pueda detectar casos de subvaluación de propiedades y lograr el objetivo de reducir la circulación de dinero en negro.
Con la puesta en marcha del "COTI" (Código de Oferta de Transferencia de Inmuebles) deberán notificar el precio de venta con el que una propiedad sale al mercado.
Este valor se compara con el monto final de la escrituración y si la diferencia no resulta razonable el fisco podrá inferir que existe riesgo de subvaluación de la propiedad en cuestión, con el fin de reducir el pago del impuesto a los Bienes Personales.
Esto es así porque los datos informados al organismo recaudador tienen carácter de declaración jurada y, por lo tanto, inciden en el pago del impuesto.