El Directorio Ejecutivo debe elevar una recomendación a la Asamblea de Gobernadores para decidir si Mauricio Claver-Carone, presidente del banco, continuará en su cargo o será desplazado
WASHINGTON.- El futuro de Mauricio Claver-Carone, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), acorralado por un escándalo ético, quedó atado a una decisión política de la Casa Blanca que jugará –una vez más– un papel decisivo en el entramado de alianzas y respaldos que por estas horas se teje en Washington y en América latina para determinar si el funcionario designado por Donald Trump será desplazado o continuará al frente del principal banco regional.
La Argentina, que tuvo varios cruces con el presidente del BID hasta que el ministro de Economía, Sergio Massa, forjó una tregua para ampliar los préstamos para el país y liberar más de 1200 millones de dólares para las reservas, se plegará a la posición que tome Estados Unidos, como otros países del hemisferio, indicaron fuentes oficiales.
Claver-Carone quedó muy comprometido luego de que una investigación independiente, realizada por un bufete de abogados, Davis Polk, halló evidencias de que mantuvo una relación romántica con su jefa de gabinete y le aumentó el sueldo durante la pandemia un 40%, según publicaron el periódico El País y la agencia de noticias AP, que accedieron al informe. El trabajo de la firma de abogados dijo, además, que Claver-Carone no cooperó plenamente con la investigación y retuvo mensajes de texto y correos electrónicos.
El informe fue presentado esta semana al board de directores del BID, que podría llegar a elevar este mismo jueves su recomendación a la Asamblea de Gobernadores del banco. La movida solo requiere de una mayoría simple. Estados Unidos, Brasil y la Argentina concentran más del 50% del poder de voto, seguidos por México, Japón, Canadá, Colombia y Chile.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/45OPH4TAJRDWDGCFF3DXU7IVIY.jpg)
Presidencia
El gobierno de Joe Biden no ha hecho pública su postura. Un vocero del Tesoro norteamericano dijo a LA NACION que Estados Unidos toma “muy en serio todas las acusaciones de ética” en los organismos financieros, la protección de los denunciantes anónimos como el que presentó la acusación y el proceso “rápido y justo” para evaluar las acusaciones.
“El Tesoro está revisando de cerca el informe y está reteniendo más comentarios hasta que se complete esa revisión”, indicó.
Claver-Carone defenestró y contradijo el informe al negar, en un extenso y áspero comunicado, que no hubiera colaborado con la investigación. “Apoyé y participé en esta investigación sin precedentes que, como era de esperar, no corrobora las acusaciones falsas y anónimas que se hicieron contra mí o el personal del BID en la prensa”, dijo. “A pesar de la ausencia del debido proceso, cooperé plenamente sin renunciar a mis derechos constitucionales”, agregó.
El presidente del BID señaló que la investigación violó “repetidamente” las reglas del banco, y planteo prácticas “seriamente cuestionables, incluida la manipulación, la distorsión y el uso consciente de información que se ha comprobado, no es confiable” en vez de “presentar una revisión justa e imparcial”. Su jefa de gabinete solo declaró por escrito, y negó haber violado el código de ética del banco. Ningún país objetó públicamente la investigación.
La novela en la que quedó envuelto el banco se decidirá en dos votaciones. La primera será en el Directorio Ejecutivo, que debe elevar una recomendación a la Asamblea de Gobernadores, donde se decidirá la suerte del funcionario. Esa última votación se espera para dentro de unas semanas, probablemente en noviembre. Muchos países respaldarán la decisión que tome el gobierno de Biden, entre ellos, la Argentina. “A él lo propuso Estados Unidos y, por lo tanto, vamos a acompañar lo que decida la silla de Estados Unidos”, señaló una alta fuente oficial.
Asociación estratégica
En Washington creen que el gobierno de Biden –que ve al BID como un pilar de una asociación estratégica que propuso con América latina, y un instrumento para intentar enfrentar la creciente influencia de China en la región– está a favor de desplazar a Claver-Carone. Pero Claver-Carone cuenta con un respaldo político clave en el Congreso. Su principal aliado es el senador demócrata Bob Menendez, un “halcón” de origen cubano quien conoce al jefe del BID desde hace dos décadas, y es presidente del influyente Comité de Relaciones Exteriores del Senado, por donde pasan nombramientos para la administración demócrata, entre ellos, los embajadores. Su oficina no respondió a una consulta de LA NACION.
“Espero que el senador Menendez lea el informe y reconozca que es hora de un nuevo liderazgo en el BID”, dijo un exfuncionario norteamericano. “Sería mejor resolver esto rápidamente porque el BID ha sido dañado los últimos dos años y esto le inflige más daño a la reputación del banco. Sospecho que habrá consenso en la región para sacarlo porque todos reconocen que no debería haber estado ahí en primer lugar y los gobiernos que lo respaldaron se fueron o están por irse”, agregó.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/ZIABLTTWFRDRJFZND6UHYRNUPA.jpg)
Biden tiene una mayoría mínima en la Cámara alta de 50 votos más el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris, un escenario que le brinda un poder atípico a cualquier legislador porque Biden los necesita a todos para aprobar cualquier proyecto de ley.
El gobierno de Alberto Fernández tuvo una cadena de roces y conflictos con el funcionario trumpista, quien le ganó a Gustavo Beliz la pulseada por el timón del BID. Beliz tenía bajo su control el manejo de la relación con los organismos internacionales. Massa le sacó esa facultad en su ascenso al Ministerio de Economía. Beliz renunció, y Massa tejió una tregua con Claver-Carone para destrabar dos préstamos de libre disponibilidad por 1200 millones de dólares para las reservas. El trumpista pasó de la crítica feroz al elogio de la política económica del Gobierno, y brindó una conferencia de prensa junto con el ministro.
Al cerrar su gira por Estados Unidos, el presidente Alberto Fernández evitó marcar una postura respecto del escándalo, pero dijo que “no ha sido bueno para la región que el banco no quede en manos de un latinoamericano”.
Si no consigue el respaldo de los principales accionistas, es muy difícil que Claver-Carone pueda llegar a sobrevivir en el cargo. Su elección tuvo resistencia: tuvo el apoyo de 30 de los 48 gobernadores, un 66,8% del voto, indicó en ese momento un vocero del Consejo de Seguridad Nacional. La Argentina se abstuvo. La Cancillería argentina informó que 16 países se abstuvieron, el 31,23% del voto, incluidos Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago y los miembros de la Unión Europea. Si Estados Unidos decide apoyar su desplazamiento, eso generará un efecto dominó y muchos países irán por ese mismo camino.
Autor: Rafael Mathus Ruiz
Fuente: La Nación
