Marco Antonio Roldán es contador público, graduado en la Universidad Nacional de Salta. Desde hace casi diez años es parte de Metalnor, una empresa salteña con más de dos décadas de trayectoria dedicada al reciclaje de materiales metálicos. Actualmente Metalnor tiene 11 sucursales en 6 provincias y se prepara para abrir nuevas casas en Córdoba y Mendoza. Hoy Roldán es su gerente general, un rol que cumple en base a conocimiento, experiencia y sobre todo inteligencia para leer el presente complejo que vive el país.
En diálogo con Dossierweb, destaca el perfil innovador de la firma, y resalta que una clave en su crecimiento fue posicionarse como una empresa. “Le dimos una impronta innovadora que nos diferencia del resto”, dice. Agrega como un valor la expertise para dar soluciones a empresas que generan “scrap” (residuos) metálico como hierro y otros metales, reconoce que el crecimiento de la minería los beneficia, y admite que los efectos de la recesión también les llegó.
Especial Dossierweb
Hoy tienen presencia en seis provincias: Salta, Santiago del Estero, Jujuy, Chaco, Misiones y Santa Fe
– ¿Cuándo nace Metalnor?
– Somos una empresa de capitales salteños con más de veinte años de trayectoria que nos dedicamos a la industria del reciclaje. Puntualmente comercializamos todo lo que es materiales metálicos ferrosos y no ferrosos. En el grupo de los ferrosos encontrás hierro, que puede ser la chatarra de un auto, de una heladera. Y el material metálico no ferroso son el cobre, bronce, plomo, aluminio, que son metales que también se obtienen de una generación domiciliaria. A su vez, también el material se origina de distintas industrias que trabajan o generan el “scrap” (residuo), tanto el hierro como metales. Y ahora con el auge de la minería es un nicho bastante interesante para nosotros y estamos trabajando fuertemente.
– ¿Cómo los está beneficiando la minería?
– Dentro de las empresas que generan scrap, tenemos ingenios, tabacaleras, petroleras, en distintas ramas de distintas actividades. Y con las mineras se produce una generación de material importante, por proyectos, por ejemplo, que están terminando, o en proyectos de prefactibilidad. Un recorte de una chapa de un galpón, de una nave o de un módulo habitacional, termina siendo un scrap que se genera y almacena en el sitio. Las empresas mineras trabajan con fuertes políticas de control ambiental, de responsabilidades sobre el ambiente. Como empresa brindamos un servicio de disposición final entregando certificados, avalando la trazabilidad de ese residuo y le damos la transparencia que necesitan. Es un nicho importante para nosotros, porque con el auge de la minería, hay muchos proyectos en distintas etapas, se está invirtiendo más en la fabricación, en el levantamiento de planta, y eso conlleva indirectamente la generación de scrap. Les damos a las empresas distintas soluciones como la trazabilidad de los residuos. Hacemos lo que sabemos hacer.
– ¿Cómo lograron que el reciclaje escale y se convierta en una actividad empresarial?
– Al rubro del reciclaje le cambiamos la impronta con la que se lo conoce. El término vulgar que se le asigna a esta actividad es chatarrero. Y nosotros le cambiamos ese rótulo y nos convertimos en una empresa que cumple con todas las actividades de una organización normal del mercado. Nuestras actividades, tanto administrativas como de procesos, son similares a las de una empresa metalúrgica o una empresa comercial. Cumplimos fases de compra, ventas, registros administrativos, facturación, envíos a clientes. Nuestros productos terminan siendo materia prima de las principales acerías del país, ya que es posteriormente fundido y a través de todo un proceso obtienen un producto nuevo como, por ejemplo, una barra de construcción, un perfil, una chapa. La chatarra puede ser reciclable indefinidamente. No pierde propiedad al volver al circuito de proceso y volver a obtener un producto nuevo.
Para crecer fue clave entenderse como una empresa que debe generar utilidades
– Hoy tienen sucursales en varias provincias ¿Cómo lograron esa expansión?
– El origen fue con mucha pasión. Fue clave entender desde el día 1 que esto era un negocio, y cómo hacerlo para que siga creciendo. Arrancamos con dos sucursales en Salta y ya llegamos a las 11 sucursales, en Santiago del Estero, Chaco, Misiones, Jujuy y pronto a abrir en Córdoba y Mendoza. Creo que fue el hecho de posicionarnos como empresa y trabajar en el crecimiento de las distintas áreas. Mayormente, las empresas que se dedican al rubro del reciclaje, son familiares. Se dedican a comprar y a vender en el mismo depósito, tercerizan el retiro y el envío de material. No invierten, tienen otra perspectiva. En cambio, nosotros le dimos una impronta innovadora que nos diferencia del resto, de empresa y no de una organización familiar dedicada a la recolección. Desde el momento en que decimos que somos una empresa que se dedican a la industria de reciclaje, transmitimos que somos una empresa que genera utilidades.
– ¿Con qué volúmenes operan?
– Los volúmenes que manejamos hoy son alrededor de 7000 a 8000 toneladas mensuales de materiales, que son un promedio de los últimos doce meses
– ¿La situación actual les produjo cambios en esos volúmenes?
– En el primer trimestre tuvimos volúmenes normales, pero después el contexto económico nos afectó. Hoy estamos a un 50% de los mejores volúmenes de comercializamos, en 3500 toneladas de operaciones, motivado por la cuestión económica del país. Nos impactó el cierre de la planta de Acindar, la suspensión de trabajadores, lo internacional porque muchos de los productos que comercializamos tienen valor internacional que impactan en los precios locales, la paralización de la obra pública y privada a nivel país, que son grandes demandantes de materiales de construcción y de productos del acero. Por ende, al bajar el consumo de esos productos, las acerías no tienen demanda y al bajar, también baja la demanda de scrap. Y en la cadena terminamos perjudicados.
Metalnor cuenta con las habilitaciones ambientales que requieren las empresas para gestionar su ‘scrap’
– ¿Cómo están trabajando con los recicladores?, ¿disminuyó la cantidad?
– La gestión de reciclaje es toda una cadena en la que cada uno de los de los actores participa en la generación o la comercialización del material. La parte inicial son los recolectores urbanos, como la camioneta que pasa retirando de las casas material que no se usa y generan su ingreso con la venta a nosotros. Somos respetuosos y valoramos a proveedores, por eso hemos ajustado el margen de ganancias al mínimo para no afectarlos, porque entendemos la situación y si esas personas dejan de ejercer su actividad como recicladores, nuestra industria se va a quedar sin ingreso de material. Sí vemos en nuestras sucursales que disminuyó el flujo de la entrega por parte de estos actores.
– También han articulado con gobiernos para retirar grandes chatarras, como vehículos en desuso.
– En Salta nuestra empresa tiene firmado de distintos convenios a nivel provincia, a nivel municipio y también a nivel país. Colaboramos con la recepción de autos levantados en la vía pública que se determinan para compactación y con el descacharrado.
– ¿Y también entiendo hacen un labor importante en materia de gestión de estos scrap?
– Sí, somos una empresa que cuentan con todas las habilitaciones ambientales a nivel país y provincia, que nos faculta a recibir material y a emitir un certificado de disposición final. Esto a las empresas le da la tranquilidad de que el residuo se gestiona correcta y responsablemente.
– ¿Conviven bien la empresa que genera utilidades con su perfil ambiental?
– Sí, nosotros promovemos el reutilización a la ciudadanía, alentamos a que reciclen. Pero también somos un rubro que genera utilidades. Eso hace que hoy en día estemos posicionados a nivel país como una empresa líder en el rubro.