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Entrevista Dossierweb. Fernando Villanueva, de Minka: “No puede haber empresas exitosas en sociedades que no lo sean”

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Fernando Villanueva tiene un apellido de peso en Jujuy. Es el menor de tres hermanos y está a cargo de la gerencia general de Villanueva e Hijos, la empresa familiar que se dedica al desarrollo inmobiliario y la construcción no solo en Jujuy, sino con expansión a Paraguay, y con participación en un grupo empresario que se dedica a la metalurgia, la minería y las finanzas. Sin embargo, para este graduado en administración de empresa en Córdoba, y padre de tres hijos, también hay tiempo para dirigir el Instituto Inclusivo de Negocios Minka, una organización de triple impacto, creada por empresarios jujeños con el ánimo de contribuir y ayudar a que se generen o potencien empresas y organizaciones que tienen impacto social, ambiental y económico positivo.

En esta entrevista con Dossierweb, Villanueva pone en valor el papel del empresario y emprendedor como un actor clave para impulsar la educación como herramienta transformadora de la sociedad, destaca los numerosos cursos que cambiaron las realidades de emprendedores, empresas y comunidades enteras, y recomienda animarse a compartir las ideas y asociarse para mejorar los proyectos. Cuenta sobre el nacimiento y vigencia de empresas sociales como la hilandería Warmi, el Ecohotel Posta de Purmamarca que ganó el Premio Argentina Economía Circular, o los casos de Fanplástico y la conocida Fundación El Alfarcito, del padre Chifri, como los casos de éxito de esta institución de y para emprendedores de todos los sectores, sean del mercado, del sector público u organizaciones intermedias con la educación como herramienta central.

Especial Dossierweb

Más de 2000 personas, entre empresarios y emprendedores, cambiaron sus realidades con formaciones  de Minka

– ¿Cómo una persona de la actividad privada llega a encabezar el Instituto inclusivo de negocios Minka?

Al primer año de su fundación me invitaron a formar parte del jurado que iba a evaluar los primeros proyectos del primer curso. Y me enamoré de lo que pasaba, de ver empresarios y emprendedores que querían hacer algo más en su provincia, en su región, con una mirada mucho más integral de los negocios. No solamente mirando a las empresas tradicionales, sino también a las empresas sociales, ambientales y de triple impacto. Y descubrí ese mundo de gente maravillosa que te inspira a querer ser mejor, a crecer y a mejorar. Ahí me encontré con empresarios locales (de Jujuy) que querían no sólo un mejor Jujuy sino una mejor región. Eso me pareció un desafío maravilloso. Minka surge como una idea de que no puede haber empresas exitosas en sociedades que no lo sean. Es poder crecer, empoderarse y ayudar a otros a que puedan desarrollarse y hacerse dueños de sus vidas. De hecho, Minka es una palabra que viene del quechua, que significa “trabajo colaborativo para el bien común”. Ese espíritu me enganchó, de gente que me motivaba a crecer y a mejorar.

– ¿Qué papel desempeña Minka en lograr materializar ideas y propuestas de emprendedores y llevarlas a una mayor escala de producción y atendiendo a la vez lo social y ambiental?

Muchas veces las ideas no caen en tierra fértil porque no se encuentran con gente que las pueda llevar a cabo. Lo que Minka tuvo como como virtud, es  que quienes la fundaron, transmitieron que había posibilidades concretas de hacer cosas y de llevarlas a la práctica. También tuvimos la suerte de tener un mentor y académico como Urs Jäger, que nos dio todo el marco conceptual de lo que se estaba gestando y nos abrazamos del concepto de la educación como herramienta transformadora, y nos concentramos en el empresario y en el emprendedor como el actor principal para esa transformación de la sociedad. Y creo que esos lineamientos básicos apoyados en una mirada integral de la vida, no solo económica sino social y ambiental, hizo que los que las distintas propuestas que se fueron generando dentro de  Minka, produzcan un impacto muy importante en las más de 2000 personas que pasaron por nuestras aulas en las distintas propuestas educativas.

La hilandería Warmi, en Abra Pampa, un caso de éxito de triple impacto: social, ambiental y económico

– ¿Cuál es la misión que tiene hoy Minka?

En líneas generales, trabajamos con el empresario y con el emprendedor, con distintas propuestas académicas. Tenemos un curso central que se llama DGE (Desarrollo y Gestión de Emprendimientos) que es específico para emprendedores, donde les aportamos una mirada integral de su proyecto para que pueda escalar su proyecto. Otra propuesta académica es un curso virtual para mandos medios en habilidades blandas. Tenemos también un curso específico para empresarios y dueños de Pymes, donde damos ocho módulos y con herramientas concretas de gestiones financieras, operativas, de recursos humanos, comerciales, de planificación. Y tenemos Incompany, que son cursos donde vamos adaptando la propuesta a las necesidades. Por ejemplo, en este tiempo hemos trabajado desde los productores de tomates en El Ramal, nucleados en una cooperativa a los que pudimos darles herramientas para que escalen sus proyectos, hasta comunidades de la Puna donde alguna empresa minera requería generar habilidades para los emprendedores de la región, y los acompañamos en proyectos o cursos específicos para distintas empresas que han requerido los servicios.

– Aunque estimo que todos son casos de éxito, ¿podrías contarme de dos o tres casos para comprender el impacto de Minka?

Se me ocurren varios. Uno es la empresa Fanplástico, que es de una arquitecta jujeña que trabaja en el mundo textil. Ella recicla telas para hacer bolsos, carteras y distintas cosas. Cuando llegó a Minka tenía una empresa que no podía manejar, le costaba la producción, la comercialización, la gestión. Estaba desanimada. Una de las cosas que les damos a los emprendedores es un aula donde está lo más representativo de la sociedad. Están los proyectos tradicionales, y el mundo ambiental, fundaciones o de asociaciones civiles que trabajan chicos con discapacidad. Ella no sólo se llevó herramientas para poder mejorar su producción, comercialización y la propuesta de valor de sus productos, sino que generó una alianza estratégica con una empresa formada por chicos de una fundación que tienen discapacidades motoras, pero que podían trabajar en tareas de bordados y de costura. Y se terminó gestando una solución. Tenía dificultad en la producción y encontró gente que podía producir, y quienes tenían dificultades de inserción laboral, encontraron la oportunidad de ofrecer su trabajo. Es un caso que tiene un impacto impresionante porque no es solo la transformación de una empresa, sino que es la integración de dos mundos que a veces están dispersos, porque logramos unir a personas con una discapacidad y la producción textil. Después hay muchos casos en la Puna, de gente que ha armado proyectos turísticos, hoteleros, de restaurant. Está la asociación Todos Juntos, en Jujuy, que trabaja con chicos con síndrome de down. Ellos también pudieron hacer el curso porque necesitaban pasar a una segunda generación, para esquematizar mejor su modelo de negocio y lograr esa sustentabilidad que les permite vivir. Hoy a ellos los mueve el poder buscar propuestas de inclusión laboral para los chicos con síndrome de down.

El mentoreo del suizo Urs Jäger fue clave para el despegue de Fanplástico y Posta de Purmamarca, entre varios  

– Aunque ahora están más asentados en Jujuy, ¿recordás casos de Minka en Salta?

En Salta hemos acompañado distintas instituciones. Unas de ellas fue la fundación El Alfarcito del Padre Chifri. Fue también un caso de éxito de Minka. Se han llevado muchas cosas de la propuesta que tuvimos en su momento. También me acuerdo de Rosa, que fue una de una señora de Salta que vivía en un barrio precario de Salta que tenía una escuela de música como una misión para poder sacar a los chicos de la calle. Y la forma en que lo hacía era a través de enseñarles a tocar un instrumento.

– El caso de la hilandería Warmi es un buen ejemplo de comunidades locales y emprendedores de la Puna que gestionan una empresa social y con gran calidad de sus productos.

Warmi es una hilandería de la Puna que fueron la primera camada de cursantes que tuvimos, y un caso testigo de lo que se puede lograr. Hoy son una empresa certificada, que tienen un modelo de negocio muy importante y producen muchísimo. Gran parte de su cadena producción la tienen en la Puna jujeña, con todas las dificultades que eso conlleva. Son el principal comprador de la lana de llama en la Puna, y por la que pagan precios justos. Warmi es un gran ejemplo de lo bien que se puede hacer, una empresa social, certificada, que armoniza el encuentro cultural, herramientas del mundo moderno y con un impacto positivo en el desarrollo socio-económico de las comunidades de manera sustentable.

Un acierto de Minka fue integrar mundos, como el de la discapacidad con un sector productivo como el textil

– Minka forma a emprendedores y empresarios, ¿qué recomendaciones podés dar a quienes quieren dar un salto en su negocio o proyecto?

Nunca hay un momento ideal para emprender. Es parte de la vida. Es como tener un hijo, nunca es el momento ideal y perfecto para tener un hijo. A emprender te tenés que animar. Lo que sí recomiendo es: juntate con gente que te complemente, contale tu proyecto a más gente para que te puedan aportar su mirada y mejorar tu idea o proyecto o emprendimiento. Hay mucha más generosidad de lo que uno piensa. Muchas veces muchos emprendedores tienen ese temor de ‘me van a robar la idea’, y nosotros creemos lo contrario, que hay que compartir y contar porque las personas te ayudan. Te van a dar su perspectiva y principalmente no te vas a sentir solo, que es el problema de muchos emprendedores. Y hay mucha gente que está haciendo cosas. Hay que animarse, vincularse, asociarse, y pensar en grande. Si yo solo no puedo, me tengo que juntar con quien me ayude a poder.


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