Así las estimaciones del IIF dan cuenta que la deuda de los mercados emergentes, excluyendo a China, ha mostrado un sólido rendimiento a lo largo del año, y julio no fue la excepción, alcanzando una entrada total de u$s33.200 millones. Sin embargo, aclara Jonathan Fortun, economista del “think tank” de la banca e inversores globales, a diferencia de los meses anteriores, han visto una disminución del “carry trade”, debido principalmente al fortalecimiento del yen japonés. “En cambio, el motor del sólido desempeño de la deuda en julio ha sido las nuevas emisiones de deuda, de Corea, Turquía y México a la cabeza”, explica.
La crisis del sol naciente
El IIF también se refiere al impacto de las recientes turbulencias del mercado señalando que aún no se ha visto reflejado en los flujos. “Nuestros datos muestran un rendimiento decreciente en la deuda en moneda local, probablemente debido a la contracción sostenida de las operaciones de ‘carry trade’”, sostienen. Sin embargo, mantienen una perspectiva positiva para el resto del año, especialmente dado el consenso percibido en el mercado de recortes antes de lo esperado por parte de la Fed. Ya que se sabe que una política monetaria más laxa en los EE.UU. brindará un impulso a los mercados emergentes. Además, a medida que la inflación tiende a la baja en todo el mundo, muchos bancos centrales de mercados emergentes pueden encontrar el margen para relajar también sus posturas monetarias.
En tal sentido, consideran que este cambio potencial podría ayudar a estabilizar las monedas de mercados emergentes y apoyar el crecimiento económico, ya que las tasas de interés más bajas hacen que el endeudamiento sea más asequible y estimulan la inversión. Por lo tanto, “si bien los efectos inmediatos de la disminución del ‘carry trade’ son negativos para los mercados emergentes, la tendencia más amplia de flexibilización de la política monetaria en las principales economías podría ofrecer un resquicio de esperanza.
En síntesis, los cálculos del IIF muestran que en julio los flujos de cartera hacia los mercados emergentes ascendieron a u$s36.500 millones, donde los flujos de renta variable y de deuda fueron de u$s7.100 millones y u$s29.400 millones respectivamente, y las acciones chinas registraron salidas por u$s900 millones.