Próximo a iniciar la temporada de plantación y con la incertidumbre ante lo que pueda ocurrir, el sector tabacalero espera que los problemas sean los menos posibles. Desde la mano de obra hasta la previsibilidad y rentabilidad son aspectos que por estas horas ocupan el primer lugar dentro de los requerimientos de muchos productores. Dossierweb dialogó con Eduardo Rodríguez, productor de tabaco desde hace varias décadas y referente de la producción regional y de la agroindustria del NOA.
“Nos enfrentamos a un futuro que no sabemos que nos deparará. Se nos está haciendo difícil el tema de la mano de obra, no sé cómo será el tema de la cosecha, si ahora con la plantación tendremos problemas en la cosecha será el doble de problemas”, explicó Rodríguez quien es el presidente de la Cámara Regional de la Producción y la Agroindustria y representante de Economías Regionales ante la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).La falta de mano de obra fue mencionada como uno de los inconvenientes a solucionar debido a que “muchas personas al cobrar el mencionado IFE no quieren trabajar en las fincas porque saben que si uno los pone en blanco pierden ese beneficio. No estamos en contra de que lo cobren sino que el Gobierno debería brindar las herramientas necesarias para que esto no suceda”, aseguró.
Con alrededor de 1.700 productores, Salta es una de las seis provincias productoras de tabaco. Con gastos que no estaban previstos como la implementación de los protocolos sanitarios correspondientes a la Pandemia, los meses venideros serán sin dudas los más importantes.
“No sé el nivel de contagio que habrá en la provincia, todo este tipo de cosas afectarán al sector de la producción. Lo que sí sé es que el sector tabacalero es un sector que está funcionando y está permanentemente exportando. El 85 % de la producción tabacalera se exporta entonces es un importante ingreso de divisas para el país. Ahora la verdad es que tenemos que tener previsibilidad y rentabilidad si no las tenemos nos será muy difícil enfrentar lo que se viene para adelante porque por ejemplo en el caso de solicitar créditos aunque nos pongan a tasa cero, si yo no tengo rentabilidad tampoco voy a poder pagarlos. Lo que pedimos es previsibilidad y rentabilidad para el sector porque estamos pasando por un momento muy complicado”, destacó Rodríguez,
Con un futuro incierto, los costos en dólares y las ventas es pesos también fueron otros de los aspectos destacados: “Todos nuestros insumos son en dólares y cuando vendes lo haces en pesos. El sector tabacalero es más organizado que muchos otros por instituciones fuertes que están haciendo todo lo posible para solucionar este tipo de problemas”, destacó.
Argentina produce alrededor de 100 millones de kilos de tabaco por año, y se estima que por cada hectárea se pagan 120 jornales anuales. Una actividad que dentro de las exportaciones que realiza la provincia, aportó el 14% durante el año pasado. Lo que ocurra hasta que termine la cosecha determinará sin dudas lo que suceda con más de 2 mil familias que directa o indirectamente dependen del sector.
“La situación de la producción tabacalera en el NOA es como el resto de las otras actividades, grave, muy grave. El sector tabacalero tiene un efecto multiplicador y genera mucha mano de obra, se calcula que existe entre un 60 % y 70% de incidencia en ella”, agregó el productor para quien continúa el ingreso de cigarrillos de contrabando. Un accionar que perjudica a la producción fuertemente al restar los ingresos correspondientes al Fondo Especial del Tabaco.
“En el momento que comenzó la Pandemia y al no fabricarse cigarrillos comenzaron a entrar cigarrillos ‘truchos’ como les digo yo. Sin pagar estampillado e impuestos y esta situación lo único que genera es que el Estado se vea perjudicado porque no recauda pero también los productores porque no pueden hacer frente a las obligaciones y no pueden recibir el pago del Fondo Especial del Tabaco. Realmente nos afectó tremendamente y el problema es que siguen entrando de contrabando”, remarcó Rodríguez quien a pesar de la incertidumbre mantiene las esperanzas puestas en la unidad del sector y el fortalecimiento de las instituciones que los respaldan
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