Doctor en Geología, está convencido de que la juventud debe aprovechar las circunstancias actuales, aunque no deja de advertir los riesgos de la premura empresaria que demanda jóvenes estudiantes interrumpiéndoles su formación de grado. Este salteño por adopción, preside la fundación CapacitAr y desde allí planea un ambicioso proyecto de formación de nuevos científicos.
La ciencia y la tecnología son los motores del desarrollo. Desde este concepto, José Viramonte defiende la necesidad de una política firme en la materia y valora la decisión nacional de darle rango ministerial al área y dotarla de un presupuesto adecuado. Señaló su agrado por el ministerio creado a nivel nacional de Ciencia y Técnica al cual se dotó de 500 millones de pesos.
Apuesta por la juventud actual, a la que se debe orientar ya que, ante la gran cantidad de posibildades y con las deficiencias del sistema, no pueden encontrar su lugar.
"Estamos en una época muy particular, donde las ciencias de la tierra (física, paleontología y todo lo que hace a los recursos hídricos y minerales) están asistiendo a la urgencia en pos de recursos económicos", señaló.
Esta misma urgencia lleva a las grandes empresas a emplear a los estudiantes de los últimos cursos, quienes tentados por la buena remuneración dejan sus preparaciones de grado truncas.
Viramonte hizo su tesis doctoral en Centroamérica sobre los volcanes de Nicaragua y trabajó para las Naciones Unidas en el desarrollo para los recursos naturales, a los 20 años. De allí fue a la Antártida, donde estudió los volcanes, recorrió Los Andes alcanzando numerosas montañas como el Llullaillaco, Lascar y Cerro Negro, en algunos casos un día antes que erupcionen. Hoy, la función que cumple en la Fundación lo lleva a ofrecer al servicio de la comunidad, la ciencia y la tecnología.