El Banco Argentino de Desarrollo (BICE) anunció que financiará un nuevo proyecto de la empresa barilochense Rapanui para adquirir una máquina proveniente de Suiza que le permitirá sumar una línea completa de elaboración de chocolates, triplicando su producción y que además, abastecerá a 20 nuevas sucursales que abrirán en todo el país.
En un comunicado, el presidente del BICE, Mariano de Miguel, afirmó que “Rapanui es una empresa modelo en la producción de alimentos premium, con un plan de negocios en crecimiento que logró traspasar las fronteras de nuestro país. Esta inversión que estamos financiando les permitirá amplificar su producción para dinamizar sus exportaciones y abrir nuevos puntos de venta”.
Encuentro
De Miguel se reunirá este lunes en Bariloche con los directivos de la compañía para conocer los detalles de la inversión que generará nuevos contratos de exportación a países regionales como Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador y Brasil.
De esta manera, con la instalación de la nueva maquinaria, la compañía mejorará la productividad y reducirá costos energéticos, permitiendo incorporar nuevos empleados.
Por último, este crédito aprobado por el BICE en los últimos días asciende a 370 millones de pesos, de los cuales 190 millones de pesos corresponden a la línea de eficiencia energética y el resto aplican al Programa Crédito Argentino (CreAr) del Ministerio de Economía.
La historia de Rapanui
La piedra angular de Rapanui la puso el inmigrante italiano Aldo Fenoglio, quien llegó a la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 instaló la primera chocolatería de Bariloche y la bautizó “Tronador” en homenaje al popular cerro que sobresale en la región.
Rápidamente la calidad de sus chocolates se convirtió en un rumor entre los habitantes y visitantes de la zona, que llegaban en cantidades a su tienda para comprobar si era cierto lo que se decía.
Ese hecho fundante creció hasta convertirse, en 1996, en la compañía es hoy. Diego y posteriormente Leticia y Aldo continuaron con la tradición de los Fenoglio, convirtiendo a la empresa en sinónimo del chocolate argentino.