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El Banco Mundial advirtió que los países en desarrollo enfrentan altos costos de deuda

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El Banco Mundial advirtió que los países en desarrollo siguen enfrentando fuertes riesgos financieros, a pesar de una leve mejora en las condiciones globales de financiación.

Su más reciente informe reveló que entre 2022 y 2024 la brecha entre lo que estos países debían pagar por sus deudas y el nuevo financiamiento disponible alcanzó los u$s741.000 millones, el nivel más alto en más de cinco décadas. Además, los pagos por intereses sumaron un récord de u$s415.400 millones en 2024.

El reporte subraya que, aunque los mercados de bonos volvieron a abrirse tras la caída de las tasas globales, ese alivio fue parcial: las tasas de interés para deuda soberana rondaron el 10%, casi el doble de los niveles previos a 2020.

El Banco Mundial alertó sobre la deuda global

En ese contexto, muchos países recurrieron cada vez más al endeudamiento interno. En 50 naciones, la deuda doméstica creció en 2024 más rápido que la externa. Este desplazamiento, aunque demuestra cierta capacidad de las economías locales para desarrollarse, también podría limitar el crédito al sector privado y generar presiones para refinanciar deudas con plazos más cortos.

El año pasado además se reestructuraron cerca de u$s90.000 millones en deuda externa, cifra que marca un máximo de catorce años. Entre los países afectados aparecen naciones como Ghana, Zambia, Sri Lanka, Ucrania y Etiopía. En tanto, en países como Haití y Somalia se concedieron condonaciones.

Mientras tanto, el financiamiento bilateral (préstamos de gobierno a gobierno) se desplomó 76%, quedando en apenas u$s4.500 millones, su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008. Esa caía empujó a muchos países a buscar financiamiento privado, más caro y con condiciones menos favorables.

Aunque el Banco Mundial prestó un monto récord como organismo multilateral (u$s36.000 millones) la situación sigue siendo crítica: aproximadamente el 54% de los países de ingreso bajo están ahora en situación de “estrés” por deuda o enfrentan riesgos “muy elevados”.

Por eso la entidad advirtió: “Aun cuando las condiciones financieras globales parecen mejorar, los países en desarrollo no deben engañarse: no están fuera de peligro”.

El mensaje incluye la recomendación urgente de aprovechar cualquier margen fiscal disponible ahora para estabilizar las finanzas internas, evitando regresar precipitadamente a los mercados de deuda externa, y orientar los esfuerzos hacia la sostenibilidad.

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