“En principio, está en línea con lo anticipado y ayudaría a seguir reduciendo la inflación, considerando las tres anclas que tiene el programa: la fiscal, la monetaria y, acompañando, la cambiaria. Hacia adelante, hay que ver cómo se enmarca esta decisión dentro de las discusiones de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se ha mostrado muy conforme con la política económica y sus resultados. Pero que pone en foco en la corrección del tipo de cambio oficial, la eliminación del dólar blend para los exportadores y la unificación cambiaria. Pero si dentro de las discusiones se decidió avanzar en la baja del crawl, es una indicación de cierta flexibilidad del FMI y autonomía del Gobierno en esta materia”, dijo Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas.
Para los analistas de Facimex Valores, esta decisión podría estar acompañada con una leva baja de la tasa de política monetaria, de unos 150 puntos básicos. Actualmente, la tasa se ubica en un 32% nominal anual (TNA). Sin embargo, advirtieron que el dato de inflación de diciembre (más alto del 2,5% mensual que había hecho mención el gobierno para reducir el crawling peg) y la caída estacional de la demanda de dinero son factores que podrían justificar una “mayor cautela” por parte del BCRA.
“Es más o menos lo que el mercado esperaba. Algunos podrán argumentar que con la inflación núcleo en 3,2% podrían haber esperado un poco más, pero también están las expectativas. Lo más probable es que esta medida vaya acompañada de un recorte de tasas y todo esto esté orientado a anclar aún más la nominalidad. En la medida en que las expectativas de inflación sigan cayendo, no veo impacto negativo en las reservas, pero es importante que esto suceda para evitar una apreciación del tipo de cambio real exagerada que comience a impactar negativamente en ese punto”, coincidió Andrés Reschini, economista de F2 Finanzas.
Para Martín D’Odorico, director de Guardian Capital, la disminución del crawling peg al 1% mensual podría tener un impacto “significativo” en la desaceleración de la inflación, pero agregó que no todos los precios responden de inmediato y que el objetivo de que la inflación converja al ritmo de las devaluaciones del dólar mayorista “puede tomar su tiempo”.
“El principal temor macroeconómico es si se podrá mantener este nivel del tipo de cambio. Es decir, si existen suficientes dólares para satisfacer la demanda en una economía donde la moneda se aprecia. Para ello es importante seguir de cerca el balance del Banco Central, que ha mostrado un buen ritmo desde que comenzó el año”, completó.
Sin ir más lejos, este martes el Banco Central sumó US$168 millones por sus intervenciones en el mercado de cambios. Desde que arrancó el 2025, mantiene una racha positiva de recompra de reservas, con un acumulado de US$1218 millones.
“El impacto dependerá de la credibilidad del Banco Central y la sostenibilidad de la medida. Si la reducción del crawling peg se percibe como parte de un plan económico integral con respaldo en reservas y medidas fiscales, podría ser positiva. Sin embargo, si el mercado desconfía de la capacidad de mantenerlo, aumentará la volatilidad y presiones en los mercados cambiarios y financieros”, cerró D’Odorico.
Fuente: La Nación