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El aumento del dólar en 2018 distorsionó los precios y fue clave en la inflación

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Se disparó un 105 por ciento, el mayor salto cambiario desde la convertibilidad. El aumento distorsionó los precios relativos y fue un factor clave para la disparada inflacionaria.

El dólar terminó ayer a $ 38,84 para la venta en el mercado minorista y cerró así un año en el que acumuló un salto superior al 105 por ciento, el mayor desde el fin de la convertibilidad, por una crisis cambiaria que sacudió todas las variables económicas y puso en jaque al gobierno de Mauricio Macri.

La divisa norteamericana retrocedió 56 centavos ayer y volvió a posicionarse por debajo de los $ 39 luego de ocho sesiones. Cerró a $ 36,90 para la compra y a $ 38,84 para la venta en el mercado minorista.

En los mostradores mayoristas, donde operan bancos y grandes empresas, la moneda culminó a $ 37,70 luego de retroceder 60 centavos respecto de la jornada previa. “Durante diciembre el dólar mayorista bajó dos centavos respecto del cierre de noviembre pasado y en el año acumuló una suba de $ 18,951 con relación al final de diciembre 2017”, analizó el operador de cambio Gustavo Quintana.

Agregó que en la sesión de ayer el monto negociado en el segmento de contado “fue el más alto desde fines de junio pasado, tras ascender a U$S 1.111,379 millones.

Pero los retrocesos del viernes lejos estuvieron de revertir el dramático balance anual del dólar y la devaluación del peso, que superó el 51 por ciento.

Factores e impactos

La antesala de la crisis cambiaria que se disparó en mayo fue la sequía, que impidió que ingresaran los dólares de los sectores agroexportadores para satisfacer la demanda interna.

Y las dudas sobre la fortaleza de la economía argentina incentivaron el éxodo hacia el dólar, que se intensificó con los coletazos que llegaron desde el frente externo, por la suba de tasas en medio de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.

La disparada de la divisa norteamericana aceleró la carrera inflacionaria y provocó un efecto dominó: la pérdida promedio del poder adquisitivo por la devaluación superó los 17 puntos porcentuales, se desplomó así el consumo y todo se tradujo finalmente en una profunda recesión cuyo final aún es incierto. La expectativa del Gobierno para 2019 es comenzar a salir de la crisis de la mano del campo.

Por la debacle, el índice de precios al consumidor (IPC) que elabora el Indec se encamina a cerrar el año con un salto superior al 45%. La dimensión del problema acorraló al presidente Mauricio Macri, quien optó por profundizar el ajuste y recurrió a un megacrédito por U$S 57.100 millones del FMI para tratar de despejar las dudas, por lo menos, hasta fines de 2019.

Ya no están

 Además, la crisis se cobró dos presidencias del Banco Central: la de Federico Sturzenegger, quien renunció el 14 de junio, al mes de que se dispare la corrida, y la de Luis Caputo, quien dejó la conducción de la autoridad monetaria en septiembre, antes de que se firmara el nuevo acuerdo con el FMI.

Pero no alcanzaron para despejar la incertidumbre ni las intensas negociaciones que Macri mantuvo con los gobernadores para acordar los recortes necesarios para llevar el déficit fiscal a cero a fines de 2019, ni los dólares del FMI, ni la nueva política monetaria del Central para secar la plaza de pesos. Los inversores miran ahora el futuro político y los temores se expresan en el riesgo país, que fluctúa sobre los 800 puntos básicos, su máximo desde 2014.

El índice que elabora el banco norteamericano JP Morgan, comparando el rendimiento de los bonos argentinos con los del Tesoro de los Estados Unidos (considerados de riesgo cero), bajó ayer a 820, pero finalizó el año con un arrastre de 469 puntos (133%).

Las consecuencias de tener el riesgo país en niveles máximos ya impactan en la marcha de la economía porque encarecen el acceso al crédito. Incluso por ello, el Gobierno nacional dejó en suspenso las próximas licitaciones de obras mediante la metodología de participación público-privada (PPP).

El nuevo escenario demanda que el Gobierno nacional mantenga encendidas las luces de alerta para evitar cualquier salto extraordinario del dólar. Macri ya anticipó su voluntad de pelear por la reelección el año que viene y para ello tendrá que calmar el malestar social frente a un combo difícil de asimilar que generan los aumentos de precios, en los que no cede la presión de las tarifas, la pérdida del poder adquisitivo y el desconcierto de la recesión económica.

La Bolsa terminó un año malo

El salto del dólar también generó que la Bolsa de Comercio de Buenos Aires terminara su peor año en una década. Aunque el índice Merval cerró ayer con una suba diaria de 2,6 por ciento y en los últimos 12 meses acumuló un avance de 0,7, los rendimientos quedaron profundamente golpeados por la crisis cambiaria.
“Un año para el olvido, en el cual la brutal devaluación del peso impactó con extrema dureza sobre las ya debilitadas expectativas de la economía argentina. Las últimas subas hacen que el retroceso del índice Merval, en términos nominales, logre revertirse con lo mínimo”, evaluó el analista bursátil Mauro Morelli.
Agregó que “los ADR argentinos sufrieron un golpe muy duro en el año, con bajas que oscilan entre el 30 y más del 70 por ciento en dólares, y quedaron licuadas casi todas las empresas argentinas que cotizan en Nueva York”.

Las mejores y las peores inversiones en títulos

A la cordobesa Agrometal no le fue bien en la Bolsa.
Entre las pocas acciones que obtuvieron ganancias a lo largo del año se destaca Petrobras, con una suba del 161 por ciento en pesos. Luego, muy lejos, Repsol reportó un beneficio del 105 por ciento, y en tercer lugar se ubica el dólar mayorista, con el 101,9. Entre las principales pérdidas sobresalen los cupones del PBI en pesos, con una caída de 81,4 por ciento. A Agrometal tampoco le fue bien: sus títulos retrocedieron 48,9 por ciento.
Fuente: La Voz del Interior

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